Revista Opinión

Bestiario

Publicado el 06 enero 2013 por Romanas
Bestiario  Lo siento mucho, pero me niego a renunciar a mis clásicos, de los que tanto he aprendido: “vivorum memini, nec tamen Epicuri licet oblivisci", decía el suavísimo CICERO en “De los fines de los buenos y de los malos”: “recuerdo a los vivos pero no me parece lícito olvidar a Epicuro” y tal vez fuera por esto que Cicerón murió asesinado.  Epicuro, coño, el tío que más hizo por enseñarnos a vivir decentemente, a los buenos y a los malos, hasta tal punto que al que le gusta vivir bien se le denomina “epicúreo”.  Pero todo lo que he vivido, todo lo que he sufrido y lo poco, poquísimo, que he disfrutado, me ha llevado a la más triste de las conclusiones: todos lo sitios en los que se reúnen los hombres no son sino bestiarios, una especie de zoológicos, en los que suele habitar lo peor del género humano y lo digo a propósito de lo que está ocurriendo con todos esos ilustres receptáculos de autenticas bestias zoológicas en los que se han convertido, por ejemplo, el FMI y la Telefónica, por citar 2 ilustres ejemplos.  Decía otros de mis clásicos, Lutero, después de revolverse airadamente ante la Dieta de Worms, y crear una de las religiones más fuertes de la Historia, el protestantismo, “peca y hazlo fuertemente”, y, por eso, a pesar de ser monje, o sea, cura, se ayuntó con una buena fembra, monja, por supuesto, joder, con el tío, y aunque ello, paradójicamente, indujera a Max Weber a fundamentar su teoría de la superioridad de la civilización protestante sobre la católica a la hora encontrar el éxito económico, dado que los discípulos del rebelde ante la Dieta de Worms, piensan firmemente que es la posibilidad del perdón de todos nuestros pecados simplemente con el acto de confesarlos en secreto, lo que nos hace mucho más débiles a la hora de trabajar, y entregarnos a la molicie, lo cierto es que todas y cada una de las grandes instituciones mundiales de uno u otro signo están siendo ocupadas por los más famosos de nuestros empedernidos pecadores.  La Onu, coño, ¿quién está en la Onu?, un tal Ban-ki-mon, joder, pero ¿quién es este tío y qué ha hecho para estar ahí? Es surcoreano, sí, porque nació allí pero todo lo demás lo ha hecho en los Usa, de modo que siempre barrerá para la Casa, Blanca, por supuesto.  El Fondo Monetario Internacional, FMI, no es más que un zoológico, en el que parece que sólo pueden ingresar los tarados. He ahí, si no, a los penúltimos, Dominique Strauss Kahn, un obseso sexual al que Sarkozy, buen “amigo” suyo, le aconsejaba que no entrara nunca en un ascensor en el que hubiera una mujer, y que ha terminado indemnizando con 4 millones de dólares a la mujer que dice que nunca agredió sexualmente.  Y nuestro ínclito RR, Rodrigo Rato, el tío que, después de hundir la economía familiar, fue encargado por Aznar de dirigir la española, consiguiendo el milagro de la burbuja inmobiliaria, cuyo estallido sufrimos todos en este momento, de manera que, para quitárselo de encima, lo enviaron al FMI, afirmando las malas lenguas que, desde allí, organizó la actual crisis mundial que padecemos en el breve lapso que ocupó su dirección antes de que huyera, asustado, al ver el lío que había organizado, de manera que llegó a aquí y, para que se entretuviera en algo, le dieron la Caja de Madrid, que dicen que era la mejor de España, la que ha transformado en Bankia, un agujero financiero que amenaza con tragarse toda la ayuda que sea capaz de darnos Europa.  Por todo ello parece que un juez se ha equivocado imputándolo, de manera que ha tenido que venir en su ayuda otro imputado también, el célebre Alierta, aquel que encausaron por haber utilizado su cargo de presidente de Tabacalera para hacerse de mala manera con acciones de su propia compañía, sobrino interpuesto, pero cuya acción penal prescribió como suele suceder con las que existen en contra de estos que alguien ha llamado delincuentes de cuello blanco y conciencias negras.  De esta manera, el Consejo de la décima cía. del mundo premia la carrera del hombre que la privatizó, haciendo honor a aquello de que es de bien nacidos ser agradecidos, pero lo de bestiario lo decimos porque allí han terminado yendo ni más ni menos que tipos como Zaplana, aquel tío tan sincero que dijo que él estaba en política para forrarse y Undargarín, ese yerno del Rey, que no lo ha dicho pero que lo ha hecho, aparte, claro, del marido de la gentil Soraya, nuestra actual vicepresidenta, aquélla de la portada de El Mundo, bestiario, coño, bestiario.  Como también lo son el Consejo de Estado, donde paran todos los que salen de las altas instancias de la Administración pública, presidencia y vicepresidencia del Gobierno, últimos, por ejemplo y donde también estuvieron González y Aznar, antes de hallar mejores refugios para su transitoria pobreza.

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