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Betisleaks: las primas al lleida

Publicado el 22 marzo 2016 por Carlos Romero @CarlosRomeroSFC

…y es que nacieron acomplejados. No tienen remedio.

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Estas palabras del jugador bético Joaquín Sánchez que aparecieron en la prensa hace pocos meses, son toda una declaración de intenciones que ilustran lo que mantenemos: un absoluto complejo de inferioridad que les acompaña desde el mismo instante de su nacimiento. Esto es algo que subyace en su subconsciente como un martillo pilón, que una y otra vez golpea cegándoles la visión de cualquier otra realidad que no sea el motivo de sus cuitas y desdichas de siempre: el Sevilla F.C.

El concepto pronto traspasó fronteras locales, y desde otros rincones les catalogaron como una realidad que vivió a la sombra del campeón, como un intento de remedo nunca logrado que casi siempre quedó como inoportuno grano, en el lugar más molesto que se nos ocurra.

El asunto no es algo puntual ni personalizado en un solo individuo, la generalización ha sido una constante a lo largo de los años como un leitmotiv de su existencia.

En cualquier momento de la historia.

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Mucha es la literatura que se ha vertido sobre los complejos en el mundo de la psicología.

“Complejo es un pensamiento irracional o una idea distorsionada que tenemos de nosotros mismos. Y por más equivocada que sea, la creemos a pie juntillas y actuamos en concordancia con ella, como si fuera cierta.

El asunto se vuelve interesante si miramos la etimología de la palabra. “Complejo” viene del latín “complectere”, que significa “abrazar” o “abarcar”. Así que si seguimos esa línea de significado, también podríamos decir que el complejo es una fuerza invisible que nos aprisiona. Que se filtra en todo nuestro ser: nos abarca.

Si tenemos “complejo de inferioridad”, estamos seguros de que somos peores que los demás seres humanos. Más pequeños. Más indefensos. Más inútiles. Más miserables… Menos aptos, menos capaces, menos valiosos. La pregunta sería ¿qué tanto de eso es verdad? ¿Cómo se instaló esa idea en nosotros? ¿Realmente pensamos así de nosotros mismos, o estamos atrapados (abrazados, abarcados) en la mirada de otro?”

Fuente: La mente es maravillosa.

Reconocemos que tampoco hemos contribuido demasiado en ayudarles a solucionar sus problemas. Desde los tiempos de nuestros abuelos con la mofa del Tagarete Club hasta hace poco con La Gozadera. La gran diferencia es que nosotros siempre lo hicimos a base victorias reales, no morales, y de títulos algo que nunca nos han perdonado.

Y por supuesto, todo lo anterior está unido al sempiterno victimismo característico que suele acompañarlo, ha llevado a situaciones jaleadas por su afición que están registradas en su completo currículum como son las llamadas y supuestas “primas a terceros” .

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Así se hacía eco de este asunto El Periódico de Catalunya en su edición del 2-6-1999:

“El Betis ofrece primas para evitar el ascenso del Sevilla. El Lleida recibió cuatro millones del presidente Ruiz de Lopera por empatar el pasado sábado en el Sánchez-Pizjuán ante el Sevilla (2-2).”

“El Betis anunció que se reserva el ejercicio de las acciones penales que procedan contra las personas que resulten ser los autores de dichas imputaciones e indicó que Manuel Ruiz de Lopera ofrecerá una conferencia de prensa una vez llevadas a cabo las oportunas averiguaciones para comprobar el origen y la intención perseguida con dichas noticias.”

Ocurría a finales de los años 90 con un presidente bético, un tipo listo que se sabía al dedillo los “defectos” de la afición bética, que les hacía mirar el pajarito creando una supuesta situación de superioridad, mientras trapicheaba y movía su tejemanejes particulares.

‘Donmanué’ atacaba impunemente ante la complacencia de una afición que se crecía ante su eterno rival en cuestiones no deportivas, arengando a su lider, y arrojándolo a la cara de su enemigo: “¡qué más quisierais tener un donmanué en el Sevilla”.

Mientras Lopera intentaba dar explicaciones en aquella rueda de prensa en la que amenazaba con querellarse contra quien le acusase de primar al ‘Llérida’, el beticismo presente sacaba billetes de sus bolsillos en apoyo de su líder, asintiendo en su supuesta felonía, dejando entrever que aquel comportamiento no solo era el de un noctámbulo majareta perdido, sino toda una idiosincrasia que se fue macerando con los años, y que se convertiría en seña de identidad.

El caudillo se fue creciendo ante lo cual casi acabó admitiendo la canallada, para goce y disfrute de sus seguidores.

 

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Con el paso del tiempo la prensa refleja la realidad de los hechos por boca de algunos de sus protagonistas directos no confirmándose, eso sí, la repetida y cacareada amenaza de Lopera de acudir a los juzgados para denunciar las acusaciones vertidas.

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Las noticias no paraban en este sentido, prácticamente estaba confirmado.

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Y pasados los años achacaron todos los asuntos turbios de su club al dios Lopera, el antaño cacareado mesías, al que no se le podía faltar porque era como su dios particular, al que había que canonizar, y que convirtieron en diablo de la noche a la mañana, especialmente tras un fatídico día en sus vidas, tal como el 10 de mayo de 2006. Los mismos que dependiendo cómo les va, suspiran por su regreso en secreto.

Pero no, no se engañen. Repasen los artículos publicados en #BetisLeaks y verán que siempre fue lo mismo con Lopera, Retamero, Alarcón o Villamarín. Están condenados a ser lo que son, eternos frustrados que buscan mitigar algo su envenenado sufrimiento con cualquier contratiempo de su odiado y envidiado Sevilla.

Seguid así, cien años contemplan vuestras miserias. Y los que os quedan.


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