AMC está realmente contenta de llamar a Saul Goodman. El domingo pasado, en el estreno del spin-off de Breaking Bad, consiguieron el mejor estreno de una serie en la historia de la televisión por cable. Better Call Saul logró una audiencia total de 6.9 millones, con el valor añadido para los anunciantes de que 4.4 millones tenían edades comprendidas entre los 18 y los 49 años, una franja demasiado amplia, pero clave en el mercado publicitario. Al día siguiente de su estreno, se emitió el segundo capítulo y la serie mantiene un rating de 9.5 en IMDB, algo solo al alcance de su antecesor, Breaking Bad, y de Juego de Tronos. El mérito de las cifras de audiencia conseguidas por el estreno de Better Call Saul es aún mayor, si se tiene en cuenta que un día antes se estrenó la segunda parte de la quinta temporada de The Walking Dead con 15.6 millones de espectadores. No es casualidad que los premios Grammy, emitidos ese mismo día, tuvieran un 11% menos de audiencia que el año pasado. ¿Quién planificó la parrilla de programación?
Independientemente de los bailes de cifras, que en muchos casos no sirven para dar valor a la calidad de una propuesta, pero si interesan lógicamente a los ejecutivos de la cadena, la serie tiene todos los ingredientes para conjugar tanto audiencia como calidad, teniendo a Vince Gilligan como creador. Y apunta a una tendencia cada vez mayor, la del filón de las propuestas basadas en spin-offs, remakes, precuelas, secuelas, o reboots, tanto en cine como en televisión. Ahí está el éxito de Fargo, mejor miniserie en los Emmy 2014; Twin Peaks, cuya tercera temporada se estrenará en el 2016; Terminator Génesis, secuela, precuela, y reboot a partes iguales; o el próximo spin-off de The Walking dead, del cual ya se tienen algunos detalles. Esta tendencia, sin duda, hará que la mayoría de propuestas sean simples franquicias que simplemente aprovechan el tirón de la obra madre p.ej. Terminator, y que evidencian una carencia creativa, y el abono al status quo por parte de las majors. Por suerte, esto ocurre mayormente en el cine, y aunque parecía que la última época dorada de la pequeña pantalla llegaba a su fin con The Wire, The Sopranos, o Breaking Bad, ahí están True Detective o Fargo para desmentirlo.