Betty Boop

Te encantaría tener una cintura sin costillas e ir al supermercado dentro de un vestido negro escote corazón, muy corto, para así arrancarles cuantiosos suspiros al verdulero, pescadero, carnicero y fiambrero/charcutero. ¡Ahh! (pestañeo), tu cintura sería la envidia del barrio... Piensas que un día tomarás coraje y te animarás a teñir tus cabellos de azabache como siempre quisiste, y los cortarás a lo bob, aunque dudas si ese corte será compatible con tus facciones. ¡Ahh! (risa), si te animaras tendrías un estilo único, tan original... Detestas tus pies largos y anchos, darías cualquier cosa porque fuesen pequeños para tener un andar sexy, y así, tus torneadas piernas se adueñarían de una amplia colección de piropos. ¡Ahh! (suspiro), si tuvieras los pies del tamaño de una muñeca tu caminar daría que hablar... Te gustaría que tus labios se parecieran a una cereza madura; los que tú tienes suelen estar paspados/agrietados y son muy finos. ¡Ahh! (exhalación), qué besos inolvidables darías con los labios que imaginas... Si dos pares de larguísimas pestañas engalanasen tus ojos, las usarías para seducir a los vecinos, solo a los solteros por supuesto. ¡Ahh! (inspiración), gran cantidad de apuestos hombres serían adictos a la agradable brisa producida por tus pestañas... ¿Y si pudieras pedir un deseo?: «ser una sensual chica flapper que canta y vive en un mundo animado blanco y negro», le pedirías a quien se ocupe de recibirlos. ¡Ahh! (sonrisa), si alguien hiciera realidad tu deseo qué feliz serías...
Un perrito blanco con una mancha oscura en el lomo lame una de tus mejillas, y así, sales de tu ensoñación. No sabes en qué momento te quedaste dormida sentada. ¡Y estás en una fiesta! Los allí presentes gritan tu nombre. Metes la mano en el escote corazón de tu vestido negro para sacar la polvera y el rouge. Cuando terminas de arreglarte, tu cabello parece esculpido en mármol negro y tus labios son similares a una cereza madura. Te levantas de la silla, acomodas la liga que siempre acompaña tus atuendos para que ocupe el lugar exacto que tu muslo izquierdo le tiene reservado, y, caminando con tus minúsculos pies calzados en altos tacos/tacones de aguja, te subes al escenario. Entonces, con tu aguda y sensual voz empiezas a cantar para todos los que te rodean boop-oop-a-doop.