Revista Cultura y Ocio

Bibliomanía y otras obras de juventud. Gustave Flaubert

Por Mientrasleo @MientrasleoS

Bibliomanía y otras obras de juventud. Gustave Flaubert
     "En una calle de Barcelona, estrecha y sin sol, vivía, hace poco tiempo, uno de esos hombres de aspecto pálido, sin brillo en los ojos, vacío, uno de esos seres satánicos y extraños como los que Hoffman desenterraba en sus sueños."
     Muchas veces los nombres más clásicos nos sorprenden con historias que se salen totalmente del concepto en el que teníamos a ese escritor. Esto suele suceder porque los encasillamos en un título o estilo y no seguimos investigando, de tal modo que cuando lo hacemos, es casi un redescubrimiento. Y es justo por eso, que hoy traigo a mi estantería virtual, Bibliomanía y otras obras de juventud.
     Este libro, escrito por Flaubert en su juventud, consta de cuatro relatos. En ellos nos demuestra que, pese a ser considerado un maestro del realismo, en su adolescencia coqueteó con la fantasía, al igual que muchos otros autores. Nos hablará para ellos de crímenes, demonios y tristezas.
     Como comentaba en el párrafo anterior, el libro consta de cuatro historias. Bibliomanía, que es la que da nombre al volumen, nos habla de la obsesión por los libros, por la posesión, que puede llegar a hacer perder la cabeza a su protagonista conduciéndolo a un fatal desenlace. A esta le sigue Quidquid volueris, un relato que me ha gustado particularmente por lo transgresor de la trama. Un hombre con una posición se permite jugar a ser Dios sin saber que puede acabar pagando las consecuencias de su juego de manos de su propia creación. Compone un cuadro realmente terrible, partiendo de la desgracia no pedida de su protagonista; existir. Los acróbatas cuenta la vida de una familia caída en desgracia, centrándose en la fea esposa. Y, por último nos encontramos con Sueño infernal; aquí el autor desciende directamente a hablar con demonios y presentarnos a un hombre sin alma.
     Flaubert ya hace gala en estos relatos de lo que luego será su forma de escribir. Se empieza a ver su trato con los personajes, ese toque que escandalizaría al una sociedad en Madame Bovary, aunque en este libro se le vea más libre a la hora de meterse en esos temas. Se aprecia también, y esto es en gran medida gracias a la traducción, ese gusto por el perfeccionismo que le hacía depurar las frases hasta la exactitud. Más aún en los relatos, que por su limitada extensión no pueden perderse en florituras. Así que es normal que nos demos cuenta de que cada frase, va dirigida a un desenlace, conduce tanto a sus protagonistas como al lector a dicho final empujándolos levemente en el discurrir de las historias. Quizás en el segundo relato sea en el que más se note, ya que podemos ver como se va centrando cada vez más en un personaje que acabará siendo protagonista de la historia.
     Muchas veces los clásicos nos intimidan. Ya sea por el volumen de su obra o por la fama que lleva detrás un determinado título y que pesa más que las páginas que lo forman. Por eso viene bien valorar otras opciones, sobre todo antes de descartar acercarnos a algunos escritores imprescindibles en la historia de la literatura. En mi caso, y dependiendo del nombre, me gusta leer algo más de estos autores, buscando, tal vez, títulos menos conocidos. Además en este caso Flaubert nos demuestra que escribir libros sobre libros no es una moda actual, ya él se sintió atraído por el tema en su adolescencia y volvería a tratar el tema de la lectura en su obra cumbre.
     
     Hoy traigo un libro con cuatro relatos a los que se les da la extensión justa como para que los no aficionados al género se sientan cómodos al no resultar escuetos. Una muy buena opción tanto como primer acercamiento, como para los que ya conocemos la pluma del autor. Totalmente recomendable, no me cabe duda.
     Y vosotros, ¿hay alguna obra o autor clásicos que os intimiden? Cada vez que alguien diga Ulises... iba a decir chupito, pero no, que veo que acabamos todos mal.
     Gracias

Volver a la Portada de Logo Paperblog