La Biblioteca Municipal de Ílhavo, obra del estudio ARX (José Mateus y Nuno Mateus) está instalada sobre los restos del Solar Vizconde de Almeida, un edificio noble del siglo XVII / XVIII y posteriormente modificado y demolido.
Del edificio original sólo subsiste la fachada principal (sureste) y la capilla, ambas en la ruina. El antiguo granero, no tiene nada, sólo lo que quedaba del edificio, que fueron los elementos de una arquitectura descrita en las proporciones del diseño y la elegancia del trabajo en piedra.
Este tipo de registro, es poco frecuente en Ílhavo, y se asumió que debía ser considerado para preservarlo e integrarlo. El edificio está situado en las afueras de la población actual, un área débil de la expansión urbana, que sigue siendo muy desarticulado y problemática.
En este sentido, se decidió no sólo el diseño de un objeto, la biblioteca, si no que también intervenir en la clarificación y consolidación de los fragmentos urbanos y de los volúmenes que no tienen sentido aparente de la unión.
La capilla, a pesar de que no tener los elementos decorativos más importantes, tales como azulejos, esculturas, lápidas, o los muebles, fue restablecida en esencia, preservando las posibles evidencias de una historia perdida. El mobiliario ha sido rediseñado y sin lugar a dudas con un estilo contemporáneo como el nuevo retablo de Pedro Calapez, que restituye la tipología del trabajo original. Pretende ser policromada para reactivar el servicio en la capilla, el uso que tuvo antes de su cierre, con la demolición de el palacio.
El programa preliminar, que por su longitud no puede limitarse a los espacios del edificio, manifestó su intención de construir tres núcleos separados: la Biblioteca, la Capilla y el Foro de la Juventud. Los limites del edificio y la línea de la fachada antigua, fueron elegidos como punto ancla, en donde se ubican las áreas administrativas y los programas compatibles con el ritmo de la fachada, devolviéndole el carácter original del edificio, que era un escenario de descomposición simple.
Sin embargo, existe una clara identificación de que se trata de una nueva arquitectura que existe en “simbiosis” con el diseño previo, la existencia del resto del edificio es principalmente nuestra comprensión de su carácter público y cívico, lo que nos ha llevado a reforzar su ’performance’ urbana.
El diseño de las salas de lectura y del foro de la juventud, externo al distrito, establece relaciones morfológicas directas con los alrededores, haciendo de el trabajo arquitectónico en contexto con la pieza de cierre, que incorpora el “capricho” de los alrededores. Esta estrategia no tendría sentido en otro contexto.