La nueva biblioteca pública de la ciudad de Coira (Chur —pronunciado ‘coor’, en alemán—), la ciudad más grande y capital del cantón suizo de los Grisones, abrió sus puertas el pasado mes de agosto. Sin embargo, no puede decirse que se trate de un edificio nuevo porque, de hecho, está ubicada en el interior del que hasta hace solo tres meses había sido la sede de correos.
El mayor edificio neorrenacentista de la ciudad fue diseñado por los arquitectos Jean Béguin y Theodor Gohl, y se construyó entre 1902 y 1904. No es accidental que guarde grandes semejanzas con otros edificios de correos suizos porque, en esa época, el gobierno promovió el llamado «renacimiento federal», con lo que muchos edificios adoptaron este particular estilo. Su imponente apariencia se pone más de relieve si cabe con la intricada decoración de la fachada y las figuras del tejado, obra estas últimas del artista ginebrino James Vibert.
Katja, a la que conocí cuando estaba viajando de Liechtenstein a St Moritz, fue quien me habló de la nueva sala de lectura. Iniciamos una conversación casi de inmediato; pasamos de analizar el carácter suizo a enumerar las excelencias de Chipre, sus problemas con el idioma español, la belleza de los Alpes suizos, el trabajo y… Nietzsche (no es que nos sintiéramos especialmente filosóficas, es que yo estaba intentando llegar a Sils Maria, donde hay un museo dedicado al padre de la teoría del Superhombre). En algún momento de la conversación me dijo que vivía en Coira, que le encantaba por su calidad de vida y que, cuando fuera allí, tenía que visitar la recientemente estrenada biblioteca. Me hice de inmediato una nota mental para no dejar de hacer esa visita cuando llegara a la ciudad alpina unos días después, como tenía planeado.
Puerta de entrada con el rótulo en los tres idiomas oficiales del cantón de los Grisones: alemán, romanche e italiano Estas bonitas tallas de madera representando a un abuelo leyendo a los niños estaban en el exterior del edificio, justo al lado de la puerta de entrada | Las colocaron días después de que tomara mis primeras fotos de la fachadaCuando finalmente entré en la biblioteca, me dirigí a la señora de detrás del mostrador para pedirle permiso antes de tomar fotos. Me miró con gesto serio, aunque me dijo que podía; la expresión se convirtió en sonrisa cómplice al explicarle que siempre visitaba las bibliotecas de los lugares a los que viajaba, lo que era también su costumbre. Fue como una especie de «hermandad bibliófila» que, como por arte de magia, transformó a aquella aparentemente estricta bibliotecaria del principio en una agradable compañera de afición que ahora me explicaba desde dónde podía tomar las mejores imágenes e indicaba los rincones que no debía dejar de ver.
Las zonas públicas están repartidas en dos pisos completamente abiertos, y también hay oficinas y despachos reservados al personal. Estos, aunque con puertas de separación, están totalmente acristalados, por lo que la sensación de espacio abierto es continua.
Vista de la planta baja desde el primer piso Planta baja Los enormes ventanales de la planta baja dan a la calle; la luz está muy bien aprovechada con unos cómodos asientos colocados en las inmediacionesLa primera planta está reservada al estudio. Cada muro de libros proporciona un espacio privado equipado con una mesa y una o máximo dos sillas colocadas ante una ventana en forma de abanico. Algunos escritorios cuentan con ordenadores de sobremesa y portátiles de última generación con una conexión a Internet que va como un tiro.
En la segunda planta, además de las mesas de trabajo, hay también varios sofás y butacas pensados para una o dos personasAl fondo de la planta se abre una zona común de relax que nada tiene que envidiar a la de un local chill out. A los enanitos solo les falta una copa de algo sobre la mesa
Colores vivos, televisión, alfombras, mesitas… ¡Menuda biblioteca!Y me cuentan que el próximo mes de diciembre abrirá un Kaffee Klatsch, una verdadera institución en los Grisones, con más de 15 años de historia en ciudades como Davos. Libros y café: la combinación perfecta. Habrá que volver.
Dirección: Stadtbibliothek Chur | Grabenstrasse 28 | 7000 Chur |www.bibliochur.ch
*