Revista Arquitectura

Bicicletas urbanas

Por Enrique23
El Rastro-1945

Puesto de recambios de bicicleta en el Rastro de Madrid en 1945. Entre los elementos se ven bombas, rácores, rastrales, pedales, timbres, palomillas, llaves de tuercas, llaves de radios, desmontables, extractores, bujes, pinzas para las perneras del pantalón, platos, piñones, coronas, cadenas, manillares, cámaras, válvulas, llantas, radios, cubiertas, conos, rodamientos, pedales, bielas, tuercas, cajas de parches, arandelas, tijas, aceiteras, cable, cinta, zapatas, mordazas, manetas, guardabarros…

En Madrid se ha puesto de moda en los  dos o tres últimos años salir a la calle con la bici bajo el brazo, a lucirla como quien luce un traje de marca o un perrito de raza. Se advierte cierto prurito exhibicionista en muchos de los ocasionales ciclistas urbanos que se dejan ver por las calles. En especial por los escasos carriles bici, como el invisible de la calle Serrano. Cierta atracción por la imagen de moda que transmite la bici urbana hoy en día, con su componente de conducta esnob, viene en buena medidad de la mano de los fabricantes y de sus variados catálogos con series vintage de atractivo diseño. En primavera se produce cierto alboroto “bicicletero”. Las tiendas del género se ponen a cien y despachan la mercancía como si de saldos se tratase. Florecen las bicicletas por doquier. Beneficia la actividad velocípeda el tiempo cálido y soleado. Además, con el sol se lucen mejor los modelos, los estilos y los diseños que se pasean por la urbe.  Desde hace unas cuantas primaveras se vienen prodigando todo tipo de bicis de diseño guiadas por sus correspondientes ciclistas, muchos también de diseño: vestimenta, actitud, ademanes y modales sofosticados.

Bicicletas urbanas

En realidad cualquier ciclista urbano -aquel que hace uso de la bici como medio de transporte en la ciudad-  es de lo más variopinto. Pero, como digo, de un tiempo a esta parte, la exigua fauna que monta en bici en la ciudad ha aumentado, diversificándose cada vez más y, como en todo fenómeno social, se ha comenzado a significar por la estentórea presencia de un sector de neófitos cuya presencia resulta estéticamente más llamativa frente a la discreción de la mayoría de los usuarios habituales de la bicicleta, que todavía son muy pocos.

Bici-Chic-1

Tengo la impresión de que la moda ciclista de la bici urbana de escaparate o bici chic, se identifica con cierto grupo social de jóvenes maduros con un estatus engarzado perfectamente en el sistema laboral-productivo que, lejos del conformismo o del conservadurismo que garantice su posición -ambas posturas son compatibles-, comparte la idea de que ciertos progresos sociales y cambios de mentalidad unidos al estado de bienestar son importantes y necesarios, al tiempo que se mantienen alerta para que la estabilidad del sistema político que garantiza su estatus no se desvanezca. Una especie de activismo crítico alternativo pero de raigambre conservadora. Algunos los incluirían en el saco de los llamados hipsters.

la-foto

Para quien entiende que la bicicleta es un medio de moverse por la ciudad, alternativo al coche y al transporte público, la estética de la máquina probablemente no sea una prioridad. Para el agregado seguidor de las modas, si. Se trata de un complemento más. Es decir, una bicicleta de montaña barata, de 200 euros, por ejemplo, probablemente sea una vulgaridad y no luzca lo suficiente. En este caso no se trata tanto de desplazarse en bici, como poder presumir de vehículo y de “actitud alternativa” alejada de la corriente general.

bicis chic_para_la_ciudad

Con la llegada del verano el calor exagerado y el pedaleo entran en conflicto y el número de ciclistas urbanos disminuye de manera brusca. Es evidente que las bicicletas no son para el verano y que uno no se puede estar como un palmito después de subir la calle Velazquez a las tres de la tarde en pleno  julio. En septiembre volveremos a ver la passeggiata en bici. Y es que hay cosas que nunca cambiarán.


Volver a la Portada de Logo Paperblog