Con este adagio no solamente expresamos nuestra conformidad con la suerte, sino también nuestro contento y poco deseo de mudanza. El mismo Sancho nos explica su sentido cuando dice: "Perdónenme las barbas de estas señoras, que bien se está San Pedro en Roma: quiero decir que bien me estoy en esta casa donde tanta merced se me hace."
En otra ocasión dice también: "Bien se está San Pedro en Roma; quiero decir, que bien se está cada uno usando el oficio para que fue nacido."
Este refrán le parecerá, supongo, a la opinión pública poco revolucionario, y por lo tanto, demasiado neocatólico.
En la Colección de Zaragoza y en la de Núñez hallamos una adición muy poco conocida:
-Bien se está San Pedro en Roma, si no le quitan la corona.Otro refrán dice:
-El que bien está no se muda.