Bienestar interior.-

La fuente de la autentica alegría, de esa alegría permanente que no admite condicionantes la hayamos al contactar con nuestro interior. Entonces entramos es un estado de gracia en el que los deseos se cumplen y la paz nos acompaña.

Hay una razón por la que te has sentido atraído por este texto. Quizá tu alma te está ofreciendo una invitación.., una invitación a encontrar la parte más profunda de tu ser. Tú ser más profundo, tú ser esencial, es la fuente de todo Ser: el ámbito de conciencia pura que se manifiesta como la infinita diversidad del universo. El poder, la libertad y la gracia son atributos de este ámbito. Y también la felicidad, la alegría y el gozo.

Paz

La felicidad parece ser el objetivo de todos los demás objetivos y, sin embargo la mayoría de la gente busca la felicidad de manera indirecta. Tenemos objetivos materiales, como poseer una casa mejor o artículos de lujo. Tenemos objetivos que tienen que ver con las relaciones. Queremos sentirnos seguros: queremos sentir que tenemos un sitio en el que encajamos. Queremos ser capaces de expresarnos libre y creativamente.

Algunos quieren riqueza y poder; otros buscan la fama. Pero si les preguntas por qué quieren esas cosas, la respuesta final sigue siendo la misma: creen que si consiguen estas metas, entonces serán felices.

Cristo

Muchas tradiciones espirituales afirman que si buscas primero lo más elevado, después te llega todo lo demás. “Busca primero el Reino de los Cielos, y todo lo demás te será dado por añadidura”.

La mayoría de la gente dice: “Soy feliz porque…, porque tengo una familia y amigos, porque tengo un trabajo estupendo, porque tengo dinero y seguridad”. Todas estas razones para la felicidad son endebles; vienen y van como una brisa pasajera. Y cuando la felicidad nos elude, buscamos el placer a través de conductas adictivas con la esperanza inconsciente de que encontraremos la alegría.
Sin embargo las causas externas de la felicidad nunca generan alegría auténtica. La alegría es un estado de conciencia que determina como percibimos y experimentamos el mundo. La fuente interna de la alegría –nuestra conexión con nuestro creador, nuestra fuente, nuestro ser interior-es la causa, mientras que la alegría es su efecto.

Si has perdido el contacto con tu fuente interna de la alegría, si la felicidad que sientes tiene siempre su origen en circunstancias externas a ti, entonces estás a merced de cada situación y de cada extraño que encuentras. Este tipo de felicidad siempre resulta escurridizo.

El Vedanta, una de las filosofías más antiguas del mundo, dice que la felicidad que se debe a una razón es solo otra forma de desdicha porque esa razón nos puede ser arrebatada en cualquier momento. Ser feliz sin razón alguna es la felicidad que queremos sentir en realidad.
La felicidad es un estado de conciencia que ya existe dentro de nosotros, pero a menudo está completamente oculto por todo tipo de distracciones. De la misma manera que un bello amanecer puede quedar culto tras las nubes, también nuestra felicidad interna está oculta tras nuestras preocupaciones cotidianas.

Amanecer

Aún más significativamente, esta fuerza nutre todas nuestras relaciones y hace que sean auténticamente satisfactorias.
Experimentar la gracia es encontrarnos en el sitio apropiado, en el momento apropiado, tener el apoyo de las leyes de la naturaleza, o “buena suerte”.

En el estado de gracia nos parece que la mente universal o cósmica está escuchando secretamente nuestros pensamientos y satisfaciendo nuestras intenciones y deseos en cuanto los tenemos.

No puede haber una tarea más importante en nuestra vida que ponernos en contacto con nuestro ser interno, la fuente de todo Ser. El ser más profundo dentro de cada uno de nosotros es el Ser de todo el universo, y es también la fuente de toda curación y transformación.
El mundo ha estado esperando nuestra transformación porque él, también, quiere transformación. Cuando nos transformamos, el mundo se transforma, porque nosotros y el mundo somos uno.

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