Decía Schopenhauer: “La soledad es la suerte de todos los espíritus excelentes”
Y si es que tienes la suerte de disfrutar de la soledad y sabes sacar partido de tus horas contigo mismo, te harán falta muy pocas cosas más para ser feliz. Y todos sabemos que no es más rico el que más tiene sino el que menos necesita.
Cuando salimos con los amigos pocas veces charlamos de cosas interesantes, en general nos enredamos en un palabrerío lleno de trivialidad, o nos dedicamos al deporte nacional: criticar. Lo cual a veces llega a aburrirnos y a hacernos pensar que estamos perdiendo nuestro tiempo. Y quien no se ha arrepentido alguna vez por hablar demasiado. .
Hay personas que no necesitan de otros para resolver sus problemas o sus dudas ya que tienen la capacidad de solucionarlos por sí mismos. Son seres más independientes, que saben llenar su espacio con actividades que les hacen sentirse bien y motivados. Dicen que las personas solitarias son más inteligentes que el resto. Y debe ser verdad porque los sabios, de hecho, son seres solitarios. Con más interés por seguir aprendiendo y por evolucionar que en andar de bares.
Es sano socializar de vez en cuando (¡que vivan los bares!) pero no debería ser por la incapacidad de estar solo. Es más deberíamos de enseñar a nuestros hijos que si quieren hacer verdaderos amigos primero deben aprender a estar solos. Porque tendrán la libertad de elegir amistades que les convengan. Y les daremos el arma para huir de las relaciones tóxicas. También estarán más preparados para sobrellevar los abandonos, ya sean de pareja o de los propios amigos. Cuando somos nosotros los que decidimos dónde y con quien estar disfrutamos más del momento y de la gente, ya que no estamos empujados por la dependencia emocional. Seremos más capaces de mostrarnos como somos; y si los demás nos aceptan, bien, y si no, no será ningún drama.
Hay personas a las que les gusta más estar en casa tranquilos que salir a la calle. Lo que no quiere decir que no tengan capacidades de socialización. De hecho cuando salen disfrutan de la compañía de su gente, pero es que también se divierten cuando están solos. Por otro lado están los que no conciben la vida sin salir con los colegas como sea y a toda costa. Muchos de estos nos consideran a los cavernícolas como gente aburrida que no sabe vivir. Yo les digo a mis amigos que no es que sea poco sociable, que lo que soy es poco callejera. Que me lo paso bien en casa, ya sea leyendo o escribiendo, o haciendo cualquier cosa en el ordenador, por ejemplo me encanta programar.
Pienso que las personas que no son capaces de disfrutar en soledad se pierden una gran vida, la vida propia.
Yo digo como Lord Byron: “Sólo salgo para renovar la necesidad de estar solo”