Revista Maternidad
Hoy me he levantado con una maravillosa noticia. A la 1 de la mañana recibia un mensaje en el móvil : el bebé de una de mis mejores amigas estaba en camino.
Enciendo una gran vela, la misma que ella me habia regalado a mi para acompañarme en mi parto y que ahora arde con el deseo de que su llama ilumine, en la distancia, a mi querida amiga y a su bebé. Me duermo tranquila pues sé que ambos están preparados para el gran momento y que todo va a ir bien. El pequeño nacerá en su casa, rodeado de amor, paz y ternura, como todo bebé merece ser recibido. Aún así me despierto varias veces, queriendo acompañarles y enviarles mi energia positiva .
Cinco horas después recibo el segundo mensaje. El pequeño Noah ya está aquí. Ha sido un parto durillo me cuenta mi amiga, pero hermoso, están bien y muy felices. Mi corazón se llena de alegria y lágrimas de felicidad inundan mis ojos.
Qué maravilla, una vez más puedo compartir el milagro de la vida, en la lejania pero con los corazones unidos y la energia femenina fluyendo a raudales. Siento , como si fuera yo misma, el éxtasis que debe estar viviendo ahora mismo mi compañera de camino. Recuerdo el nacimiento de mis dos hijos y la felicidad que me invadió en esos momentos y otra vez se me llenan los ojos de lágrimas pensando en lo bello que es ser madre y en la maravilla de poder brindar a nuestros hijos un nacimiento como este.
Gracias amiga por dejarme estar a tu lado en estos momentos tan especiales y bellos
¡ Enhorabuena familia ! Bienvenido Noah !
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