Uno de los síntomas de esta cuarentena es el extrañar a nuestros seres queridos, entre ellos a nuestras más cercanas amistades. Porque con Zoom o WhastApp no basta. Víctima también de esta nostalgia, EnLima recomienda este clásico del cine adolescente de los ochentas: El Club de los Cinco. Puedes verla gratis online aquí. También está disponible en Netflix.
En este clásico adolescente ochentero, cinco estudiantes sin nada en común, están castigados y sometidos a una "cuarentena" de un día entero en la biblioteca del instituto. Y no usan ese tiempo para leer ni reflexionar sobre sus malas acciones, sino que se esmeran en seguir cumpliendo con su destino: 'el malo' sigue siendo un canalla, 'la barbie' una ingenua, 'la freak' una antisocial, 'el deportista' un inseguro y 'el intelectual' un miedoso. Estos arquetipos, las típicas máscaras sociales de esa edad, no pueden ser más distintos y las provocaciones afloran apenas se sientan en las carpetas. Sin embargo, tienen algo en común: todos están confundidos en la edad de la rebeldía.
No todo son peleas, sin embargo. Puede que no se lleven muy bien, pero cuando se trata de desafiar al profesor de turno tienen, de forma instintiva, muestras de solidaridad. Por ello deciden no delatarse mutuamente en sus palomilladas, hacer correr el troncho de mano en mano, bailar alguna canción gringa cuya divertida escena ha pasado a la historia del cine hasta el punto que proliferan los memes en torno a esta: los usuarios usan las mismas escenas de la película pero cambiándoles la música por un reggaeton u alguna canción motivacional, etc. Y hacen lo mismo con otras escenas de la película. Detalles que dejan entrever la trascendencia de esta película hasta el mundo pop contemporáneo de hoy. En El Club de los Cinco (1985) es reconocible una generación con tendencias y necesidades sumamente distintas a las anteriores, asumidas por los jóvenes hasta el día de hoy. Demostrando así que aquellos estilos de vida y actitudes no eran solo modas pasajeras.
La película cuenta con la actuación Molly Ringwald, quien interpreta a Claire Standish, 'la princesa' adolescente de la película. Y en verdad era una adolescente: tenía 16 años cuando la interpretó. Luego del éxito de este film, se convirtió en la musa del director de la misma, John Hughes, quien realizaría otros filmes sobre la adolescencia teniendo a Ringwwald siempre como protagonista. Incluso, la joven actriz llegó a ser portada de la revista TIME, donde se la presentaba como un ícono de la juventud. Según la revista digital VERNE, de El País, "Molly Ringwald representaba en el Hollywood de los 80 un papel equivalente al de Emma Watson o Shailene Woodley en el siglo XXI; era una presencia constante en las películas juveniles de una época en la que las jóvenes actrices no solían ejercer el papel protagonista. Otros de sus éxitos, además de 'El club de los cinco', fueron '16 velas' (1984) y 'La chica de rosa' (1986)."
De alguna manera, la película sigue la línea instaurada, aunque en un menor rango, por la oveja negra por excelencia del cine: James Dean (Rebelde sin causa). Los chicos de El Club de los Cinco también practican la rebeldía como una forma de manifestar su libertad, y así sentir que no forman parte de una sociedad, o un mundo adulto, con el que no se sienten identificados. Son el paso del tiempo y la convivencia forzada, sin embargo, los agentes que hacen posible para estos condiscípulos pasar del rechazo a la aceptación del otro, del distinto. Ponen en practica el noble ejercicio de la tolerencia, actitud que los hace crecer y madurar un poco más en aquel sábado "de cuarentena" del que saldrían cambiados para siempre.
El final es bastante sencillo, se diría que hasta frívolo, como si no ocurriera nada. Solo el aroma de una aparente victoria que camina por la cuerda floja: la conquista de una amistad o un amor que en otras circunstancias jamás hubieran sido posible.
Estimado señor Vernon,
Aceptamos el hecho de que hemos tenido que sacrificar todo un sábado en castigo por lo que sea que hayamos hecho mal, pero pensamos que usted está loco al querer que escribamos un ensayo diciéndole quiénes creemos que somos, porque usted nos ve como quiere vernos, en términos sencillos, con una conveniente definición, hemos descubierto que cada uno de nosotros es: un cerebro, un atleta, un caso clínico, una princesa y un criminal. ¿Eso responde a su pregunta?
Sinceramente suyos,
El Club de los Cinco