Bienvenidos a Euskadi

No tenía grandes esperanzas en esta película. Emilio Martínez-Lázaro me dejó un buen sabor de boca con El otro lado de la cama (no así con la segunda parte de esta) pero el convencional tema sobre las diferencias entre personas de distintas partes de España me olía a tópicos por todas partes. Y más aún tratándose de Andalucía y El País Vasco.

Y la verdad es que aún siendo así, la película divierte durante muchos minutos. El guión de Cobeaga y San José tiene un punto de partida al estilo Bienvenidos al Norte y está lleno de gags que funcionan bastante bien. Hay comentarios inspirados y réplicas muy ingeniosas. El peligro de caer torpemente en los tópicos es solucionado de una manera inteligente. Martínez-Lázaro recurre a la hipérbole para manejar los clichés y los comentarios se encadenan de forma muy exaltada y bastante efectiva. La verdad es que la risa no nos abandona durante los primeros 50 minutos.

Después la película cae poco a poco, y aunque siguen apareciendo diálogos con guasa, hay otras gracias que se van repitiendo. Además, en esta parte si se abusa un poco de los tópicos, no hacía falta por ejemplo tanta referencia a España en la escena en la que Koldo se despierta de la cama, con la sutileza de la figura y el cojín era suficiente. Es entendible que mantener el nivel de humor no es tarea fácil, y por eso hubiera estado bien una trama más trabajada. Se le podía haber sacado más partido al dúo de Alfonso Sánchez y Alberto López o demorar un poco el encuentro de la pareja, que resulta muy precipitado la verdad.

Del casting hay que decir que ha sido muy acertado. Dani Rovira es un conocido humorista y era la elección perfecta para un papel así. Tiene el desparpajo y la gracia que un personaje así necesita. Es discutible su recorrido como actor –habrá que verle en otros papeles- pero tiene el ritmo y la agilidad de palabra –se nota que es monologuista- que se demanda en un comedia de enredos. Un actor “más convencional” no lo habría hecho mejor.

Clara lago es la cara bonita de la película y realiza un papel muy aceptable, la sequedad de la típica joven vasca está un poco sobreactuada (otro ejemplo más de la hipérbole) pero choca de manera muy hábil con el salero de Rovira. Carmen Machi se maneja como pez en el agua en la comedia y da el do de pecho como era de esperar. La gran sorpresa es Karra Elejalde, sin duda la mejor interpretación de la película. Su actuación del clásico vasco rudo es muy divertida y convincente.

En pocas palabras, pese a que la historia es muy simplona y en la parte final le cuesta mantener el tipo, hay que reconocer que esperaba menos de Ocho apellidos vascos. Me he divertido durante bastante minutos –verla en el cine o con amigos ayuda mucho- y me ha dejado satisfecho en líneas generales.