Desde hace ya varios años y de manera cada vez más exponencial nos adentramos en la cultura del ansia, la cultura de lo quiero ya. Gracias a la tecnología y a la Ley de Moore (aproximadamente cada 18 meses se duplica el número de transistores en un microprocesador), cada 18 meses damos un salto cualitativo y cuantitativo que nos permite avanzar cada vez más rápido a todos los niveles y en todas las temáticas: salud, ocio, transporte, bienestar, …
Si os dais cuenta, tenemos al alcance de la mano, al alcance de un click, prácticamente de todo. Ya no sólo podemos comprar por internet en un click, tenemos libros en nuestro kindle en un click, tenemos la compra del mes en casa con un click, tenemos la comida del domingo en la mesa en un click y hasta podemos dar el salto a internet con 1and1 en un click. El esfuerzo de antaño se transforma en la facilidad del ahora.
Soy partidario de la cultura del ya, pero soy absolutamente consciente de que un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Tenemos que saber apreciar estas facilidades y poner el foco del esfuerzo en otro lugar, en uno mismo, en los demás. Hay cosas que se pueden tener ya, y hay otras que no. No ser consciente de este pequeño matiz crea una gran brecha en nuestro interior, hay cosas que se pueden tener ya, y otras que no.
La velocidad de la humanidad se ha acelerado, ya casi no tenemos tiempo de nada, tenemos mil cosas que hacer y os aseguro que si nos paramos a pensar, no hay ninguna importante, pero todas son urgentes. Aquí está la clave para sobrellevar la velocidad: pisar el freno periódicamente para pensar y priorizar las tareas importantes de nuestra vida. Cuando uno tiene esto claro, y no es nada fácil, está listo para vivir en la cultura del ansia viva, al menos para sobrevivir a ella.
Me ha quedado un artículo un poco extraño, pero está lleno de contenido. Dejo en vuestras manos el sacar las conclusiones necesarias, y no dudéis en dejar vuestras opiniones o inquietudes en los comentarios. Seguro que entre todos llegamos a buen puerto, o lo mismo no, tenemos tropecientos puertos a los que llegar y no somos capaces de llegar a ninguno.