Estos días he tenido la oportunidad de experimentar cosas nuevas, salir en la mañana y enfrentar aquella jungla de cemento, aquella locura que se vive en la mañana y a todas horas, he observado más a mi alrededor, reconociendo nuevamente mi entorno, todos tienen que cumplir sus compromisos adquiridos, todos tienen que llegar a tiempo a sus trabajos, estudios y ocupaciones miles.
Pero no únicamente en las veredas están las caras de preocupación, parece que la mayoría de habitantes decidieron salir en sus vehículos a la misma hora, como un reloj, es entonces en donde les toca luchar por un espacio en el camino, por ganar unos minutos y no hacerse acreedor a una multa y ahí es donde la esencia de la jungla sobresale, la ley del más poderoso, el más fuerte o el más rápido, los más grandes atropellan a los más pequeños, los más rápidos usan su ventaja sin importar nada adicional.
Confieso que siempre me gustó mi comodidad, la soledad de mi sendero sin estrés y sin molestias, sin demasiado tiempo invertido para llegar a mi destino, pero esta nueva experiencia me permite aprender tanto y siento que en verdad la disfruto.