En Playtime conocí a Angélique Roelofsen de la marca Bieq. Me contó que cuando era pequeña su abuela Riek le enseñó a tejer, en ese instante se enamoró del que sería su mayor hobby. Su abuela tenía grandes bolsas llenas de lana y escuchando ópera ambas iban tejiendo y compartiendo secretos de este arte.
Al crecer Angélique siguió tejiendo en sus ratos libres. Aunque sentía un poco de vergüenza de hacerlo porque creía que era de 'viejas'. Incluso, cuando se echó novio y este venía a recogerla a casa, escondía sus creaciones. Hasta que un día le hizo un gorrito al bebé de una amiga y lo vieron en una tienda. En seguida le encargaron muchos más. Así nació Bieq cuyas colecciones se exportan actualmente a 12 países. Hasta la hija de Stella McCartney ha utilizado sus prendas de lana merina.
Lo que más me gustó de esta historia es que toda la producción de Bieq la hacen abuelas holandesas, ahora también con ayuda de mujeres en Perú que han encontrado gracias a Bieq un trabajo remunerado. Toda la colección está tejida a mano y abarca desde el recién nacio hasta los 2 años. ¿Bonita historia verdad?