Es bastante lógico comparar esta serie con Mujeres desesperadas por varias razones: una muy obvia es que se trata de amas de casa ricas y la segunda razón es que se aprovecha de un misterio para usarlo de excusa para todo lo demás. En aquella ocasión ni falta que hacía saber por qué se había suicidado Mary Alice pero como caramelo era muy rico. Pues aquí pasa lo mismo, habrá un asesinato, aunque no sabemos de quién y nos lo dicen nada más empezar la serie, por si la presencia de Reese Witherspoon, Nicole Kidman o Shailene Woodley no fuera suficiente para mantener nuestra atención.
El viaje es lo suficientemente bueno como para vivir sin el misterio pero el misterio tiene otra intención. Durante toda la serie nos muestran las reacciones de testigos random que en sentencias tajantes definen a nuestros personajes. Así que vemos la realidad, lo que pasa realmente de puertas adentro en las mansiones de las protagonistas, pero también la imagen que proyectan entre los vecinos de Monterrey, California, un pueblo de ricos en el que las apariencias lo son todo. Y con este detalle esta serie se hace brillante.
También, Big little lies tiene relación con la otra serie del momento, Por trece razones, porque ambas hablan de temas candentes como el bulling, los abusos machistas y el límite del consentimiento. Es verdad que es un tema de moda, pero me encanta que cada vez más entendamos lo que es una violación. Que puede existir aún si la chica ha decidido ir a la habitación con un señor o incluso si ese señor es su marido. En la época de Acusados necesitamos dos horas de metraje, un jurado y docenas de testigos para entenderlo. Ahora gracias a dios lo entendemos, lo hablamos, lo contamos.
El creador de todo esto es David E. Kelley (Ally Mc Beal, Boston Legal), está basada en la novela de Liane Moriarty y yo creo que lo mejor es la dirección de un candiense llamado Jean Marc Vallée (Alma Salvaje, Dallas Buyers Club) que juega como un crio con el montaje y la música para mostrarnos lo que pasa dentro de las cabecitas locas de las protas. La BSO es brutal. Toda la serie va en cámara al hombro así que no hay descanso, es incómoda y visceral. Vallée además hace una cosa que me encanta, no se acerca a sus personajes más de lo necesario, no se recrea en los primeros planos. No necesita subrayar nada porque sabe que lo que cuentan es lo suficientemente jodido.
Después de ver estos 7 únicos y resolutivos capítulos queda claro que no habrá segunda temporada pero ahora parece que se lo están planteando. Yo creo que no hay más que rascar, pero cuando gente como ésta se pone, es posible que saquen oro de la nada. Yo mato por ver a estas mujeres en otros 7 capítulos más, mi corazón quiere que suceda, aunque mi cabeza grite que es un error nefasto.
Ver esta serie es un must, pero lo más interesante de todo es comprobar que Nicole Kidman es ya más joven que Reese Witherspoon a pesar de llevarle 9 años. ¿Como es posible que esté tan perfecta, tan preciosa, tan tersa, tan natural si en las alfombras rojas nunca nos convence? ¿Por qué aquí aguanta los primeros planos como una campeona y no tiene ni una arruga ni se adivinan señales de rellenos botulímicos ni nada? ¿Como puede ser tan Diosa?
Yo tengo aquí mi corazón dividido porque claro ¿¿En los Emmys qué va a pasar?? Yo es que creo que Nicole se lo merece mucho pero es que Reese, Dios! Reese es la perfección. Pero ¿Qué más da? Sabemos que nada de esto será posible porque las bestias pardas de Susan Sarandon y Jessica Lange estarán en la misma categoría. Será el año más injusto de la historia. La única que puede salir ganando es Laura Dern que dudo mucho que se le escape el premio a secundaria.
Ah! Y por supuesto esto no es comedia negra aunque como siempre, en todas las plataformas se haya definido mal. Es un drama en toda regla. Puedes reirte con los personajes, pero la comedia es otro universo.
Big Little Lies es la serie que mejor ha plasmado en la historia de la ficción lo que es la violencia de género y sólo por eso todo el mundo debería verla. Es una serie sobre mujeres, sobre lo mal que se llevan, sobre lo bien que se llevan, sobre lo sencillo y lo complicado que es entenderse y llegar a la verdad.