Revista Sociedad
Más allá de Galindezdel maestro Vázquez Montalbán, a nadie se le escapan las buenas y lógicas relaciones del nacionalismo vasco con la CIA. Pero no seamos demagogos, que quien más quien menos ha colaborado con las “agencias de información” como nos enseñó el maestro Graham Greene en El factor humano. Estas primeras líneas tan raras vienen a cuento por la rara reunión que el FMI y el y el Club de Exportadores e Inversores Españoles ha decidido celebrar en Bilbao en plenos carnavales, como si de del Jardín de las Delicias de El Bosco se tratara. Pero vamos, que va a ir hasta el rey y Rajoy. Supongo que a verificar que la crisis se ha acabado con la Torre Iberdrola vigilando el Guggenmheim, lugar del encuentro...
Al menos en el FMI ya no manda Rato, que esa foto del lehendakari Urkullo con Rato no habría tenido precio… A mí me gusta Bilbao y me decepciona un poco que la capital del mundo se quiera convertir en la capital del neoliberalismo más rancio. Ese capitalismo cuya única patria es el dinero pero que está encantado poniendo fronteras para evitar la libre circulación de personas.
Esa es mi patria. La de las personas. La de las gentes del trabajo como repite una y mil veces Javier López. Mal que les pese, el 2 de marzo Bilbao también va a ser esa capital. La del mundo del trabajo con sindicatos de clase bregados en mil luchas y llegados de toda Europa. Como dice Unai Sordo, esta no es una manifestación más.
Los grandes pensadores de la austeridad, de los recortes en bienestar social, en sanidad, en enseñanza han decidido que se reúnen en Bilbao. Esos generadores de especulación loca, de desahucios, creadores de pobreza y exclusión. Esos teóricos que en la práctica de sus cloacas no hacen nada contra el fraude fiscal, ni contra los paraísos fiscales se reúnen en Bilbao antes del entierro de la sardina.
Hay alternativas a esas políticas que han demostrado que son un fracaso. El domingo, impulsados por el sindicalismo internacionalista y de clase se va a seguir exigiendo un plan de inversión plurianual que dedique el 2 por ciento del PIB de la Unión Europea a medidas de activación económica. Y si llueve…, no importa.
Mientras Coca-Cola enciende la chispa de la desindustrialización en todo el estado aplicando la reforma laboral más IVA, el FMI y ese club de inversores montan una cita donde aún resuenan las luchas obreras de los tiempos de la reconversión industrial.
Es una reunión rara. Y es raro que se haga en Bilbao. O quizá no. Habría que verificarlo.