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Llevamos tan solo un par de meses de curso, ya en 1º de Primaria. Y ya me encuentro con lagunas que me cuesta vadear. Hay una anotación con la letra infantil de Leia en la agenda: "Repasar colores, números y material escolar, para prueba de nivel de Inglés".
La curiosidad me puede, y nada más recogerlos del cole al día siguiente, le pregunto a Leia por la prueba. "Muy fácil, para niños chicos" (sic). Y me quedo pensado que es normal para una prueba de nivel, que por lógica debe ser muy básica. Pero ya empiezan a chirriarme algunas cosas. Hace no mucho mi amigo Pau escribía sobre lo inútil y absurdo de que los niños estudien inglés. Y en estas condiciones, con el sistema educativo que tenemos y cómo se implementa el bilingüismo, no puedo más que darle la razón.
Pero hablo de estas condiciones. Enseñarles palabras a los niños no tiene sentido. El vocabulario no es lo importante a la hora de comprender y asimilar una lengua. Es absurdo pretender enseñar a unas criaturas de cinco, seis años cómo se escribe My pencil and my book are on the deck, si muchos apenas saben leer castellano con fluidez, menos aún escribirlo con cierto sentido. Y ahora suma otra dificultad; cómo se usa, cómo se pronuncia y cómo suena, cómo se integra en un conversación, cómo se piensa... Guan, tu, zri, for...
Pero las condiciones se pueden cambiar. Y se deben cambiar. Los pequeños deberían aprender inglés –o cualquier otro segundo o tercer idioma– escuchándolo de forma natural, y conversar, poco a poco. Deberían estar expuestos al lenguaje; jugar con él, asimilando sonidos, haciéndose al oído y al sentido, aprendiendo cómo entender eso que suena distinto, expresando como puedan lo que piensan. En el cole tienen una teacher de apoyo que les da un módulo –45 minutos– a la semana de conversación en inglés, una buena práctica, aunque escasa. Y por lo que me cuentan los padawanes, por ahora pocos son los peques que se enteran de algo. Conmigo no van a aprender más inglés, pero en la Academia-Jedi nos preocupamos y ocupamos de que estén expuestos al idioma desde muy pequeños, y el máximo posible. Con libros, con música, dibujos, pelis, juegos... Y ya tienen asimilado e integrado mucho más que yo. Mucho. Tienen mucha más base que yo.
Mis hijos no van a ser bilingües. Ni los de la mayoría. No viven en un entorno bilingüe. Yo me reía cuando la Maestra-Jedi pensó en llevar a los padawanes a unas clases de inglés con apenas ocho, nueve meses. Ahora estoy convencido de que van a tener un dominio que les permitirá defenderse con soltura, mucho más que sus padres. A pesar del sistema educativo. Y a pesar de sus padres.
Esta mañana la pequeña Leia se ha levantado antes que yo, ya estaba en el salón, esperando. Había encendido la tele, puesto los dibujos animados, y cambiado el idioma para verlos en inglés.
¡Que la Fuerza os acompañe!
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