
Fue en el Teatro Principal con el cartel de entradas agotadas. La noche la abría Sofia Knapp acompañada de su guitarra y de sus teclados programados. Por desgracia poco que resaltar de su música pelín aburrida con tintes líricos y aires ochenteros, que no hizo más que esperáramos con más impaciencia al gran Bill.
Tras una buena charla con el gran H, apareció el trio que nos iban a alegrar la noche, Bill Callahan con un traje gris claro de una década pasada (vaya crack) acompañado de Matt Kinsey a la guitarra y Neal Morgan a la batería y percusión.
Hubo un momento antes y un momento después de que su voz grave y tenebrosa entrara por aquel micro e hiciera traspasar las paredes del teatro hasta llegar a algún profundo lugar donde casi nadie llega.
Con figura estoica y mesiánica, acompañado de su guitarra, de una ocasional armónica y de sus peculiares movimientos el de Maryland hacía viajar a los allí presentes por su universo particular de canciones donde su adictiva voz le daba sentido a todo.
Mientras Kinsey elaboraba unos bonitos arreglos con su guitarra y daba los tonos de bajo, Morgan lo bordaba con una impecable actuación con los tambores y platillos.
El repertorio que nos dejaron escuchar se centró en sus dos últimos trabajos, 'Apocalypse' y ‘Sometimes I Wish I Were An Eagle’ que tan magnífica crónica hizo H.
Destacaron temas impresionantes como 'Too Many Birds', 'Jim Cain' o 'America', y es que hicieron que las canciones dieran vueltas y vueltas como un carrusel hasta que el trio las apagaba. La noche la culminó con un pegadizo 'Bathysphere' que nos hizo disfrutar como en pocas ocasiones.
Von Voyage Bill.....