Nombre completo Pedrag Mijatovic Fecha de nacimiento 19/01/1969 Lugar de nacimiento Podgorica País Montenegro Altura 1,77 m. Peso 73 Kg. Debut 05/09/1993 (Real Oviedo) Otros equipos Buducnost, Partizán de Belgrado,Valencia CF, Real Madrid, AC Fiorentina, Levante UD
Pedja Mijatovic dejó el fútbol Yugoslavo con 24 años para aterrizar en tierras valencianas, donde se convertiría en el ídolo de la afición "che". Esa estancia en el Valencia le sirvió para consagrarse como uno de los mejores futbolistas de la liga nacional española. Anteriormente había jugado en equipos como el Buducnost y el Partizán de Belgrado donde ya prometía como futbolista. Pero fue en el Valencia de principios de los noventa donde destapó ese carácter combativo y espíritu de lucha que poseía. Contaba con una velocidad extrema y un buen regate, cualidades que le hicieron recalar en la capital española. Pedja Mijatovic llegó del brazo de Pasieguito por 350 millones de pesetas. En el momento de su llegada sólo llamó la atención por el conjunto a cuadros que lució al ser presentado, pero a los pocos torneos de pretemporada ya era noticia común que el Valencia había encontrado un filón de oro. Por entonces era el jugador completo desde todas las perspectivas. Con envergadura y fibra, inarrugable ante los porrazos que no cesaban de propinarle, tenía rapidez, ingenio, potencia y un cañón con mira telescópica en la derecha. En los golpes francos sacaba parábolas que rebañaban la carcoma de las escuadras. Esta habilidad decreció por razones desconocidas, pero en la final de Copa de 1995 aún inventó una rosca con balón mojado ante la que Liaño poco pudo hacer. Absorbía casi todo el juego ofensivo del equipo, pero le sacaba tanto jugo que nadie se lo podía reprochar. Su verdadero puesto era el de interior clásico. Como suele ocurrir con los goleadores, poco a poco le acercaron a la portería estropeando su radio de acción. Marcó mucho en su primer año, menos en el segundo, y reventó en el tercero, donde, aunque Pizzi le aventajó en el Pichichi, fue sin duda el mejor jugador de la Liga. Sus 28 goles (6 de penalty) representan la segunda mejor marca liguera de la entidad, empatada con Kempes y a un gol de Mundo. El que metió al Logroñés en 1995, levantando la cabeza y después la pelota desde el círculo central, fue de los que hace feliz a una afición. En pleno sprint final de la temporada 1995-96, y con el título de Liga en juego, se reveló que el Real Madrid iba a pagar los 1500 millones de pesetas de la rescisión de su contrato, carísimo para la época, lo que el público de Mestalla censuró con mucha dureza. Desde entonces, Mijatovic ha sido uno de los villanos oficiales, abroncado en cada visita. En la final de la Copa de Europa de 1998 marcó el gol que supuso el séptimo título para el Real Madrid. Es posible que esta sola acción justifique su fichaje para los madridistas, porque, aparte de algunas arrancadas brillantes, hizo poco más. No llevó bien la compatibilidad con las revistas del corazón y, entre la pérdida de facultades y la complacencia arbitral, se dedicó a rodar por la hierba al menor contacto. En el 2000, ya con la Fiorentina, derrotó al Valencia en Liga de Campeones mediante un penalty inventado, lo que aumentó la música de viento en el partido de vuelta y multiplicó la felicidad popular por la eliminación del equipo italiano. Una fugaz aparición con el Levante en Segunda durante una temporada supuso su retirada definitiva de los terrenos de juego. Xavi