Este texto debía servir en principio para anunciar un nuevo modo de juego para Bioshock Infinite, pero cuando se trata de una obra como la que tenemos entre manos, uno no siente sino la fuerte necesidad de detenerse algo más sobre el tema, pues lo merece y con creces.
Personalmente ya puedo decirlo: Bioshock Infinite es a día de hoy, el videojuego que con más ansias espero para este 2011. Cuando allá por 2007, en los inicios de la actual generación, llegase a nuestras manos la primera parte, magna ópera submarina que nos sumergió en las profundidades de la utopía fracasada de Rapture, Ken Levine demostró que se podía jugar a disparar al blanco al mismo tiempo que seguíamos una trama exquisita. Revolucionando el género, fiel heredero de los anteriores System Shock´s, Bioshock redefinió el concepto de shooter en primera persona, un género que se convertía poco a poco en el adalid del poderío gráfico en las nuevas plataformas. Y lo hizo a través de un guión sublime, una mecánica de juego fresca y envolvente y sobretodo una dirección artística que podría competir por el oscar.
Bioshock se convirtió en historia viva del videojuego desde el momento de su salida al mercado, recibiendo el beneplácito unánime de crítica y público. Obra maestra, clásico instantáneo, el final relativamente abierto de Bioshock auguraba que con total seguridad no tardaríamos en ver una continuación, amén del éxito de la entrega y de las posibilidades por explotar en un entorno tan rico. Tras unos años de rumores, definitivamente se confirmaba el desarrollo de Bioshock 2, como una continuación directa del original que pretendía ampliar el universo, las mecánicas y las posibilidades del mismo. Damos fe de que lo consiguió, pero lo hizo pagando el alto precio de no conseguir innovar prácticamente en ninguno de sus apartados (a excepción de un modo online metido con calzador, francamente innecesario para la experiencia que se propone). El problema no es que Bioshock 2 no fuese un buen juego, sino más bien que se notó en demasía la falta de Ken Levine como jefe del proyecto, ya que en este caso prefirió quedar en un segundo plano, en labores como supervisor. Es por ello que experimentamos la extraña y continua sensación de estar ante una ampliación del primer juego, más que ante una obra nueva.
Para el beneplácito de todo jugón, unos meses antes del E3 de 2011, 2K anunciaba que la tercera iteración de la serie durante esta generación estaba en desarrollo, y vería la luz durante el 2012. Pero la mejor noticia era que Ken Levine volvía a situarse a los mandos de la nave y además prometía volver a revolucionar la franquicia. Cuando el río suena... Bioshock Infinite fue presentado en el E3 en todo su esplendor, cosechando las mejores críticas de la feria anual, encumbrado a mejor título del evento y dejando a todo el mundo con ganas de más.
En este caso nos situamos en Columbia, otra utopía con fatídico final construida en los cielos. De estilo colonialista en contraposición con el Art Decó de Rapture, Columbia vuelve a presentarnos una urbe trastornada por la peculiar guerra civil entre facciones que está volviendo locos a sus habitantes. Bajo esta tesitura encarnamos al ex-agente Booker DeWitt, para encargarnos de rescatar a Elisabeth, una joven que ha estado cautiva en Columbia desde su infancia. En nuestro periplo desarrollaremos un vínculo muy especial con la joven, que nos permitirá usar sus peculiares poderes psíquicos a nuestro favor. Y falta nos va a hacer, puesto que por encima de la amenaza que supone cruzar una ciudad sumida en el caos y la locura, Elisabeth será reclamada continuamente por una criatura que vive por, y para protegerla y mantenerla en su cautiverio: el SongBird, un gigantesca criatura alada, un némesis del que difícilmente podremos olvidarnos a tenor de lo visto...
Y ¿a qué venía todo esto?... Ah sí, ahora que me acuerdo, el motivo de este texto era anunciaos que se ha confirmado un modo de juego denominado Modo 1999, que viene a ser una especia de modo de dificultad alternativo adaptado a la vieja escuela, a aquellos tiempos en que los juegos solían ser difíciles de verdad, sin importar la frustración que ello pudiera generar en el usuario. requerirá mucha más especialización, paciencia y experiencia, y con toda seguridad será muy bien acogido por la legión de hardcore gamers que se lanzarán a por este magnífico título. Si las previsiones no nos fallan, Bioshock Infinite nos estará deleitando este mismo año. Sinceramente, no os lo querréis perder.