Biothecare estétika

Por Paula Grande y María Guimeráns. 
Jueves, 12 de agosto, 18.00 horas. Paula Grande y María Guimeráns entran en una de las franquicias que Biothecare Estétika tiene repartidas por España. Paredes blancas, papel pintado de color fucsia y toques de negro.

-Hola, somos Paula Grande y María Guimeráns.

-Quién es Paula y quién es María?
-Yo soy Paula.
-Y yo María.
-Os voy a dar unos impresos para que firméis el consentimiento.
Glups! ¿Consentimiento para qué? Estamos muy bien solteras. Pero si hay que firmar algo para estar guapas, firmamos hasta la rendición de Breda.

A petición de la persona que nos atiende, leemos el folleto y nos enteramos de todas las contraindicaciones del tratamiento al que nos íbamos a someter. No lo hemos dicho. Plataforma vibracional + presoterapia para María y cavitación + presoterapia para Paula. Un aviso antes de comenzar, si estáis en esos días del mes, no se puede hacer prácticamente nada. Ya lo decían nuestras abuelas: ni ducharse, ni hacer mayonesa. Pues cavitación y plataforma vibratoria tampoco. Paula, como siempre, entra primero. Se somete al escrutinio de las dos profesionales que en ese momento atienden el negocio, que proceden a pesarla y medir su contorno de abdomen para poder valorar los resultados del tratamiento.

Uf, que alivio. La cinta métrica no se ha quedado corta. Las chicas opinan que el punto de partida “está bien”, lo cual es reconfortante. Al menos, no pretenden dejarla como una modelo anoréxica. También fotografían su abdomen y marcan el área de actuación. A continuación, explicación del procedimiento y a la camilla.

La cavitación es un sistema de eliminación de la grasa mediante ultrasonidos, indicado para reducción de volumen en zonas localizadas. Se completa obligatoriamente con una sesión de presoterapia, para ayudar a eliminar la grasa previamente “movilizada”. Paula Grande se tumba en la camilla y empieza “la fiesta”.

Mientras tanto, fuera de la cabina, María Guimeráns espera pacientemente su turno. Para matar el tiempo, agarra unos folletos publicitarios y empieza a leer. “Resultados reales. Borja González: «he perdido 20 kilos y rebajado 21 centímetros de abdomen en 2 meses». C.J.A.: «Con el tratamiento de cavitación, en dos semanas he perdido dos centímetros de abdomen»”. Miedo. Antes de que pudiera abrir la puerta y marcharse, una de las empleadas le anuncia que ya puede iniciar su sesión de plataforma vibracional. ¿De qué?. De plataforma vibracional.
Recostada en su camilla, a Paula le untan la barriguita con un gel como del ginecólogo y le acercan un aparato similar al ecógrafo. Pero esto, ¿no era para perder volumen? Antes de ponerlo en marcha la joven encargada de su manejo le explica que sentirá ruiditos “en su cabeza”, aunque fuera no se oiga nada. Es porque los ultrasonidos atraviesan su cuerpo.

“Te subes a esta plataforma, te agarras aquí y yo le doy a este botoncito y cuando empiece a vibrar, tú subes y bajas flexionando las piernas y con la espalda recta. Vengo dentro de un poco a ver qué tal”. A los tres segundos, María Guimeráns se había caído de la plataforma. Pero rauda, volvió a intentarlo, mientras decía adiós a la turgencia de sus pechos. Sólo eran 10 minutos.

Paula empieza a notar calorcito en la tripa. La sensación recuerda un poco a la de la depilación láser. El procedimiento es muy diferente. La encargada levanta “chicha” con una mano y desde el otro lado del michelín, aplica el ultrasonido con el aparato.

Al cabo de media hora, con el abdomen bien amasado, le ofrecen un gel anticelulítico, para completar los efectos de la sesión. Ya puestos a probar, se anima también a envolverse en papel film para reforzar los beneficios de la terapia. Se queda relajadita 5 minutos, a la espera de la segunda fase del tratamiento.

Ya repuesta del meneo, las chicas conducen a María Guimeráns a la cabina de presoterapia. “¿Duele?” “Qué va, mujer, te va a dar mucho gustito”. Genial. Pantalones fuera y a la camilla. El tratamiento consiste en aplicar un masaje desde los pies a los brazos utilizando un “traje” que se hincha y deshincha progresivamente. El traje es el que Neil Armstrong llevó a la Luna. Comienza media hora de relajación. Luces apagadas y una vela crepitando.

Paula también se pone el traje de astronauta. La sensación es rara, pero agradable. Esperaba que diera más caña, pero es incluso placentero. A todo esto, sigue envuelta en film (que se llevará puesto a casa). La media hora se le pasa en un plis plás.

Viernes, 13 de agosto. 08.00 horas. Paula se levanta y se mide. ¡Asombroso! Ha perdido tres centímetros desde la tarde anterior (dos días más tarde la reducción será de un centímetro, pero aún así…) Su barriga ha recuperado su dureza habitual (como consecuencia de la cavitación, y tal y como le habían comentado, la víspera estaba blandita). A María Guimeráns le cuesta levantarse de la cama por las agujetas. A ver si va a ser verdad que la plataforma de Fumanchú equivale a 45 minutos de ejercicio aeróbico. Paula Grande y María Guimeráns quieren agradecer a Biothecare Estétika su invitación para probar sus tratamientos.