Revista Cultura y Ocio

‘Birdman’ o la maestría para trabajar el cliché

Publicado el 04 febrero 2015 por Blog De Golcar Golcar Rojas @golcar1

‘Birdman’ o la maestría para trabajar el cliché

Birdman2La película “Birdman” (2014), de Alejandro González Iñárritu, aunque a ratos me pareció un poco ‘intelectualosa’ y hasta pretenciosa, debo decir que su trama de comedia negra rozando el drama, me atrapó y me gustó.

Pero lo que más disfruté del film es que no deja títere con cabeza. Le da aletazos a tirios y troyanos. Se mete con todo y sin concesiones.

Si bien se le puede endilgar que echa mano de algunos personajes cliché dentro de lo que es el mundo del teatro y de la producción cinematográfica:

El actor decadente y arruinado que conoció tiempos de gloria y que lleva años buscando un “comeback” exitoso que le devuelva el brillo a su extraviada estrella,

El productor inescrupuloso que es capaz de engañar a su representado con tal de ver cumplido su negocio y recuperada la inversión,

El actor joven engreído que piensa que la taquilla la hace él sin importar historia y producción,

La crítico megalómana que se siente con el poder de poner y quitar éxitos de una cartelera y encumbrar o estrellar obras o actores,

Una joven adicta a las drogas que acaba de salir de rehabilitación que está obsesionada con las redes sociales

Y, como corolario para este compendio de personajes,

Un teatro y el ‘sórdido submundo’ del espectáculo. Personajes al borde de la locura y la obsesión y el mundo underground del showbussness…

Todo un mezclote de lugares comunes que de no ser por la maestría y originalidad que tiene el director mexicano para presentarnos la historia, no pasaría de ser una comedia caricaturesca y hasta aburrida.

Pero ahí radica la genialidad de González Iñárritu y de su propuesta, pues logra con el compendio de marras contar una historia entretenida, bien montada, con un guión bien estudiado, que es predecible pero logra sorprender con las soluciones que consigue para esas situaciones y personajes predecibles y que vemos venir desde el principio.

‘Birdman’, el alter ego del personaje de Michael Keaton, el actor que busca el fulgor perdido de la vieja estrella que brillaba en sus años jóvenes cuando su personaje del comic le dio fama y dinero, es una voz en off, con una pequeña aparición en personaje, que impulsa al ahora productor y director -además de actor- para que lleve adelante su proyecto teatral en Brodway a pesar de que todas las cartas parecieran estar en su contra. La historia comienza con esa voz en off mientras Keaton levita en interiores frenta a la ventana:

-¿Cómo terminamos aquí? Este lugar es horrible. Huele a cojones. Lo teníamos todo. ¡Tú eras una estrella de cine!¿Te acuerdas?

Pero ese alter ego, a ratos, nos da la sensación de que estamos más bien ante la presencia de un hombre con bipolaridad o que, por lo menos, presenta ciertos rasgos y eventos bipolares, que lo llevan a creer que es el hombre más talentoso del cine y el teatro, se siente poderoso y que es capaz de volver a conquistar el mundo como lo hizo en otros tiempos. Es tal la psicosis del personaje que en sus momentos más enervados llega a imaginar que tiene poderes de telekinesis, de levitación y hasta de emprender el vuelo como cuando era ‘Birdman”. Toda una serie de matices que Keaton logra encarnar con maestría y que lo hacen un fuerte candidato a obtener el Óscar a mejor actor.

Es muy interesante la inclusión en el film de las redes sociales para presentarnos el viejo dilema entre fama y popularidad, entre talento y notoriedad, entre ser reconocido o hacerse notar. Una obsesión cuya falta de realización los puede llevar incluso a intentar el suicidio. Un viejo dilema del espectáculo que no parece terminarse de resolver. Esa línea divisoria borrosa entre el talentoso artista y el tragicómico friki. Y cómo a través de los escándalos en las redes una persona en pocas horas llega a ser trending topic y sentirse como un personaje poderoso por al cantidad de seguidores, aunque su talento este cuestionado y su poder de influencia no se corresponda con el nivel de popularidad.

El actor decadente, gracias a un lamentable accidente que lo hace caminar en interiores por las calles de Broadway, logra en pocas horas una cantidad de seguidores que tardaría años en conseguir con su talento y trabajo serio. Todo un tema este de la fama y la popularidad. Al final, son muchos los que se conforman con la notoriedad que le dan los escándalos en detrimento del prestigio que pudiera alcanzar con su talento y trabajo.

Todos los personajes del film son oscuros, border, sólo la ex esposa del protagonista parece aportar un poco de luz humana en ese sórdido mundo de ‘Birdman’. Norton está magistral en su papel de joven actor engreído y prepotente.

La fotografía contribuye en mucho a recalcar lo lúgubre de los personajes con tomas oscuras, con poca iluminación, y una cámara en mano que pretende hacer creer que toda la película es un largo e infinito plano secuencia. La cámara, muy bien manejada, se mete entre los personajes, los escudriña, los desnuda impertinentemente. Un logro más de esta interesante producción que sin duda estará entre las favoritas de público y crítica porque logra mover fibras dentro de uno con sus personajes límites, seres que parecen vivir o sobrevivir en la cuerda floja, trantando de mantenerse a flote, siempre a punto de caer.

Publicada en Birdman, Cine, Crítica cinematográfica, Michael Keaton, Películas y etiquetada como Cine, Comedia, Películas

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