Birra, beer, bier, la biêre, cerveja, cerveza.... ¡En todos los idiomas, nos encanta! Y es que esta bebida, para algunos demasiado amarga para el paladar, es, para muchos más, un placer que saborear en solitario o entre amigos. En nuestra tierra gusta fresquita y rubia, pero tampoco le hacemos ascos a la cerveza negra o a la que, como en países centroeurpeos, se toma a temperatura ambiente. ¡Todas están riquísimas! ¿Y qué decir de los beneficios? ¡Si hasta aporta antioxidantes! ¡Así estamos de jóvenes las dos! Pues sabed que también aumenta el colesterol bueno, aporta calcio y magnesio, mejora los síntomas de la menopausia (....) y previene la osteoporosis, y su aportación calórica es muy baja. Así que, nada de "barriga cervecera", que eso es un bulo como un camión de grande. El que tiene barriga es porque come mucho y no se mueve nada, ¡que se sepa! Y abstenerse de echar la culpa a nuestra querida cerveza, que, además, tiene poco alcohol y favorece la longevidad. Por eso, no podemos por menos que homenajearla dándole su sitio en nuestro hogar.
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Y vosotr@s, ¿le haríais un hueco en vuestra casa?