Aviso: película controvertida.
Al cuarto de hora de proyección le susurré a mi acompañante: “estoy confuso”. El desconcierto es la nota predominante en los compases iniciales. No acabas de comprender por donde van los tiros. ¿A qué se dedica Uxbal (Bardem)? ¿Es médium, camello, intermediario en negocios turbios, padre coraje? ¿Un poco de todo?
El adjetivo más repetido a la hora de catalogar Biutiful ha sido DURA. La historia de Uxbal es surrealista, de acuerdo, pero yo me la acabé creyendo. Es más, como tengas un mínimo de empatía consigue revolverte por dentro.
La Barcelona que se nos muestra no es la que acostumbramos a ver. La Ciudad Condal no es solo una ciudad global en lo bueno, sino que también alberga suciedad, sordidez y grandes dosis de miseria. Además, a lo largo de la película, se trata el tema de la inmigración ilegal. Las mafias chinas, el tráfico de drogas, la venta ambulante, la piratería…
No me parece un peliculón imprescindible, pero Iñárritu nos brinda un buen número de pinceladas y reflexiones interesantes.
No estoy de acuerdo con los críticos que opinan que la estética de Biutiful es cutre. A mi me pareció que la realización se había llevado a cabo con mucho mimo. (Si bien es cierto que el guión tiene puntos débiles). Cuenta con escenas memorables y planos preciosos. Cada detalle cuenta. Estad atentos cuando la veáis.
Un par de cosillas que necesito soltar. El recurso cinematográfico de jugar con los espejos es muy bonito, pero acaba mareando. El esoterismo y las apariciones no me convencieron ni lo más mínimo, no me va ese rollo. Sólo le restan verosimilitud a la narración. Y Javier Bardem es la clave. Logra que sufras con él (de verdad). Si Biutiful merece la pena es en un ochenta por ciento gracias a su actuación. Tremendo.
En fin, que si navegáis un poco por la web en busca de críticas comprobaréis que esta película ha sido alabada y vilipendiada a partes iguales. Por lo menos ya sabéis que no os va a dejar indiferentes. Los que la hayáis visto: ¿qué os pareció?