Rock de combate desde el cementerio de San Isidro
Cantan Biznaga en 'Domingo especialmente triste' "mirando al cementerio de San Isidro, en el parque, con la pena del siglo". No es un domingo, no es triste, pero sí estamos mirando al cementerio de San Isidro. Estamos exactamente ahí, en el escenario cuesta arriba de las fiestas de Madrid por excelencia, punkeando y pogueando. De repente somos de verdad formando parte de una canción que se hace real y nos otorga consciencia y conciencia. Estamos ocurriendo y hemos vuelto a la tapia por la que asoman los cipreses. Vivos desafiando a muertos por enésima vez como si no fuéramos a acabar igual. Tal es el poder de la música en vivo que nos hace inmortales.
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" Fuera la Falange de Carabanchel". Una pancarta se alza entre bengalas en mitad de la actuación. La verdad, no puedo evitar sonreir pensando en los cálculos que habrá podido hacer el Ayuntamiento de Madrid, del PP, a través de Andrea Levy. Después de su cacareado lío con Nacho Vegas, contratar a Biznaga con el dinero de todos es el más formidable guiño que ha podido hacer a la izquierda y yo, sinceramente, se lo agradezco. Me parece bien. Me parece perfecto, entre tanto disparate rutinariamente constante, que los envidiables ciudadanos fascistas paguen a pachas con nosotros un concierto castizo de Biznaga para celebrar a nuestro patrón.
Biznaga son los Clash. Joe Strummer enseña a San Isidro los acordes y la letra de ' Spanish bombs'. "A poco de aquí están los vecinos de la Ermita del Santo luchando contra el pelotazo urbanístico de la Quinta del Sordo", denuncia el bajista, Jorge Navarro. No van a parar hasta que nos jodan nuestro Carabanchel a muerte, yo solo espero no tener que verlo porque les detesto. La conciencia de clase es un sentimiento comunal que, a mí personalmente, me jode porque voy a esa bolera de donde antes estaba Aqualung (tantísimos conciertos) y me la quieren quitar. "Va a cambiar la zona para siempre y para mal. Madrid no es de los buitres, Madrid nos pertenece a la gente que la habita y pelea por que sea un sitio habitable", brama. Y el grito se hace colectivo.
No vamos a descubrir en 2023 la energía del punk rock para transformar las almas colectivamente. Pero qué gusto da cuando cantas " de Hortaleza a Carabanchel, algunos saben cómo organizarse" y no estás solo. Como dice Rubén, "somos clase trabajadora y Biznaga nos pertenece". La banda toca tan rotundo que apenas podemos hablar pero esa parte la hemos entendido los dos perfectamente, así que damos un trago largo, meneamos la cabeza, hacemos un amago de ska a los 44 y asentimos. Luego nos inmolamos contra el resto porque todavía sabemos hacerlo, pero ese fue nuestro baile íntimo del viernes. Poguito: " ¡Una ciudad cualquiera tan buena para morir como otra cualquiera! " ¿Por qué no ahora? ¿Por qué no?
Podría ser un perfecto epilogo pero no va a ser así. No esta noche porque estamos en plan chulapos respondones. "¡La pantalla es Dios y yo soy solo información!", aúlla Álvaro García (voz y guitarra) en '2K20'. Radiografían fetén toda nuestra más resplandeciente mierda Biznaga que da gusto y no tienen intención de pasar la fregona. Más bien al contrario, le dan al ventilador, hacen la fotito de rigor y de ahí sacan canción tras canción. Con 'Espírito del 92' coreamos con desconcertante alegría: "Últimamente pienso mucho en las olimpiadas del año 92, joder, qué gran metáfora. Aquella flecha trucada aún nos tiene atravesados y después de treinta años hemos sido engañados. Dime, ¿El futuro era esto? No, no por favor. Dime, ¿El futuro era esto? No, no por favor".
Encapsulados en el espacio-tiempo, no hay futuro ni pasado en un concierto de Biznaga. Cuesta incluso subirse al ritmo acelerado del presente de acordes velozmente cambiantes. El sonido estuvo bien, la infraestructura correcta. El público, ciertamente, un encanto y siempre un gusto los encuentros inesperados de cervezas intercambiables. Me lo parece a mí o mantiene la ira la revolución castiza de los claveles pichis. Contra toda forma de fascismo, determinación. Contra toda forma de jodida opresión, rebelión. Y contra todo lo demás, por eliminación, Biznaga cada cuatro horas. A cholón.