Cuando nos enteramos que Black Lips iban a dejar la autoproducción a un lado para que un productor trabajase en su sexto disco, nos asustamos un poco. Una de las cosas que diferencia a estos chicos de Atlanta es la anarquía, ese caos organizado que siempre han seguido y que es la tónica que encontramos en sus discos y, sobre todo, en sus directos.
Mark Ronson fue el elegido para producir Arabia Mountain, después de haber trabajado con Amy Winehouse, Lily Alen o Adele y el resultado no ha sido tan dramático como se suponía. Bien es cierto que Black Lips pierden una de sus sellos de identidad: el lo-fi disminuye y deja paso a sonidos más limpios y cuidados. Además, este álbum suena un poquito menos gamberro y menos surf que sus antecesores, demostrando una madurez y una evolución notable.
Aun así, se deja ver toda esa energía que ya hemos visto a lo largo de sus 12 años de carrera durante todo el disco. Nada menos que 16 temas completan Arabia Mountain, con hits más masivos que antaño y con la sensación final de ser un buen disco.
“Go out and get it…”