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Uno de los mejores títulos de Black Mirror, nominado como mejor telefilm y guión en los Emmys, que arranca con una atinadísima recreación de los años 80 para introducir un tema de ciencia-ficción que resulta fascinante con el suspense ya habitual en la serie. En cualquier caso pienso que lo que hace magnífico este episodio es la química que surge entre Mackenzie Davis y Gugu Mbatha-Raw.