Black Mirror II: Un solo inglés, pero de mil modos
Por Jmbigas
@jmbigas
Cada año, en torno al final del verano y el inicio del otoño, paso mis semanas más depresivas del año. Supongo que es un tema de ciclos del biorritmo o algo así. Influirán los recuerdos infantiles del final de las vacaciones y la vuelta al colegio, supongo. Pero lo que es definitivo en ese tono bajo es la constatación irreversible de que los días se nos acortan entre las manos, hasta llegar a ser casi anecdóticos en torno a Navidad.
Black Mirror Castle, en Willow Creek, Inglaterra.
Tal y como aparece en el juego.
Por algún mecanismo que desconozco, pero que se repite todos los años, en esta época recupero durante un tiempo breve mi gusto por los juegos del PC llamados Aventuras Gráficas. Les sacrifico durante ese período parte del tiempo que acostumbro a dedicar a la lectura. Pasado el tirón, los abandono prácticamente hasta el año siguiente.
Como ya he contado en otra ocasión, soy un jugador carente de paciencia y, por lo tanto, tramposo. Las Aventuras Gráficas no tienen nada que ver con los multimillonarios juegos de acción, velocidad y sangre. Son como películas cinematográficas, cuyo argumento hay que ir desentrañando con paciencia, a base de ir superando pruebas, resolviendo jeroglíficos, etc. etc. Una buena aventura gráfica le puede costar a un usuario avezado (sin ayudas) muchas docenas de horas de entretenimiento.
Pero yo, ya lo he dicho, soy un jugador tramposo. Por ello recorro a lo que se denominan los walkthrough, que son documentos normalmente elaborados por alguien que se ha recorrido el juego entero, y que detallan todas las acciones que debemos ir realizando, para avanzar en el argumento del juego. Mi fuente predilecta de este tipo de documentos es la web de GameBoomers, un reducto de amantes (a veces, casi nostálgicos) de este tipo de juegos. Uno de sus usuarios (MaGtRo), en particular, pone a disposición de los jugones de todo el mundo unos walkthroughs (en inglés, ciertamente) extremadamente precisos y cuidados.
Recientemente descubrí una tienda online donde es posible comprar Aventuras Gráficas (la mayoría en inglés, aunque algunos también están en español u otros idiomas) y descargárselas directamente a tu ordenador (donde los tienes disponibles unas horas después, según el ritmo de tu ADSL). En general, a precios muy razonables (9,99 ó 19,99€), aunque los de más reciente aparición pueden estar algo más caros. También ofrecen paquetes de varios juegos a precio atractivo.
Por este método, compré un juego que se titula Black Mirror II (2009). Existió hace unos años el Black Mirror original (yo lo jugué en su momento) y ya ha aparecido el Black Mirror III (2011). La trama se desarrolla en torno a la maldición de una familia noble en un lóbrego castillo de la Inglaterra profunda.
En este tipo de juegos, especialmente cuando están en inglés, un valor añadido nada despreciable es seguir el argumento con los diálogos hablados en inglés, y subtítulos para seguirlos con más facilidad. Es como ver una película subtitulada, pero a tu propio ritmo, con mucho menos estrés.
En particular este título tiene muchos diálogos, y un elemento adicional, que es ver (más bien oir) con claridad las muchísimas diferencias que existen entre las muy diferentes modalidades del mismo idioma (el inglés), cocinado en diversos lugares y distintos entornos. El protagonista es un universitario de Boston. En su aventura se cruza con una joven universitaria inglesa, unos policías de Maine, una aristócrata inglesa, otra aristócrata galesa, un burdo jardinero galés, un truhán inglés y algunos otros personajes. En el juego se reproducen magistralmente los diversos modos de expresarse de cada uno de los personajes, y los acentos más exagerados. Toda una lección de filología inglesa.
La principal enseñanza que he obtenido de todo esto es que el idioma (cualquier idioma) pertenece en su totalidad a los que lo hablan cotidianamente, que lo hacen suyo, lo modelan. Crean palabras, acortan otras, juntan varias en una sola, etc. etc. Y que una buena parte del idioma está muy directamente ligado a la vida cotidiana de los lugares donde se habla habitualmente.
Que no cunda el desánimo. Pero conviene que todo el mundo tenga claro que solamente podremos dominar por completo el idioma que se habla donde sea que vivamos, donde sea que lo escuchemos en los noticieros, por la calle, al tendero; y eso todos los días; donde sea que controlemos y comprendamos los continuos guiños a la realidad y a la actualidad que todo idioma, como cualquier otro ser vivo, incorpora continuamente.
Ambientación de un pueblo costero de Maine, en
el juego llamado Biddeford.
Podemos estudiar otro idioma, y llegarlo a manejar con cierta solvencia. Pero para dominarlo hay que vivir ahí todos los días. Por lo cual, más vale que nos resignemos a dominar un solo idioma (o dos para los que tengan la suerte de vivir en un entorno bilingüe) y simplemente conocer alguno más. Podremos llegar a leer sin problemas en otro idioma, o a mantener una conversación con un nativo. Pero difícilmente podremos llegar a entender a dos nativos hablando entre sí, especialmente si se esfuerzan un poquito en que no les entendamos.
Para compensar esta humildad, sólo tenemos que imaginarnos la cara de un inglés que cree dominar el castellano, cuando, tras preguntarle a un andaluz por una cierta dirección, obtiene como respuesta: Pisha, tó tieso.
Como conclusión, agradecer a los productores de Black Mirror II (Cranberry Production, una empresa alemana basada en Hanover), el esmero que han puesto en reproducir los diversos modos y acentos del inglés que utiliza cada uno de los personajes.
Como podéis ver, de (casi) todo se puede aprender algo de provecho.
JMBA