Revista Cine
Creador: Charlie BrookerDirector: Owen Harris
No es por nada, pero me acabo de dar cuenta que de los seis episodios de esta tercera temporada, ninguno está dirigido por una mujer. Mal ahí, ¿eh? ¿Por qué nadie lo ha hecho notar? Debe ser que "Black Mirror" y Netflix tienen a todos tan encantados, sobre todo a los medios y crítica, que de seguro ya levantaron esa alevosa muralla a prueba de acusaciones; pero no importa, suele pasar con esta clase de sobrevalorados eventos, que se alimentan de pura demagogia. Apuesto a que en el futuro se hablará de "Black Mirror" como la tonta ridiculez que es, sólo que no me atrevo a señalar en cuántos años exactamente, pero si sucede mientras siga vivo, entonces podré sonreír con propiedad. Pero conociendo mi suerte, quizás eso nunca pase y la gente me vea como un viejo malhumorado. Oh bueno, mañana hablaremos de cosas con algo más de calidad, pero tampoco se ilusionen.
¿Qué es lo que encanta en estos días? La nostalgia, que para la mayoría de las personas es simplemente ambientar una historia en alguna década pasada, mostrando las canciones y las ropas y las carteleras de entonces, entre tantas cosas más. Claramente, no la verdadera definición de nostalgia. Pero claro, "San Junipero" se ambienta en los ochenta y ¡zas!, la nostalgia mi vieja amiga que me viene a visitar... Ridículo, ¿cierto? En fin, la cosa va sobre una chica con pinta de nerd (que en esos tiempos eran unos malditos parias sociales) que se mete a una discoteca llena de gente cool y se hace amiga, justamente, de una popular y animada muchacha que, a diferencia de los demás, se interesa en el look (una adelantada a su tiempo, a todas luces) y en la forma de ser de su tímida nueva amiga. Cada una tiene algo que aprender de la otra, cada una parece que va a tener grandes cambios en su vida a raíz de este afortunado encuentro. Un coming of age, qué duda cabe: conflictos sobre la propia identidad y cómo el entorno lo acepta (o no). Y, hasta entonces, la pregunta inevitable: ¿qué tiene que ver con "Black Mirror"? En la escena siguiente, la respuesta, y uno que dice "pero claaaaaaaaro". En ese momento el relato muta, el discurso se amplía, y el coming of age se convierte en una sosa y melosa historia de amor. La verdad es que no me corresponde develar más detalles de la "original" y "visionaria" historia escrita por Charlie Brooker, pero lo cierto es que los tiros apuntan hacia lo típico: cómo la alta tecnología nos vende ilusiones, nos fabrica vidas, nos separa de la realidad, etc. Que qué es la realidad. Qué es más real, si lo físico o lo emocional. Cosas así. Temas que a priori siempre resultan interesantes y prometedores, pero que con un sujeto como Charlie Brooker se quedan en enunciados superfluos con apariencia de complejidad y profundidad, al menos la suficiente como para lucirse con elogios de 140 caracteres. Para eso mejor me voy a ver "Westworld", que no sólo le patea el trasero en cuanto a sustancia, sino que también en tanto relato, pero claro, como es de HBO y ahora todos quieren enterrar a HBO para terminar de coronar a Netflix... vaya desgracia, no me digan que no. Mmmmmm... ¿en qué iba? Que, aparte del escenario (que es sólo eso, un puto escenario) y la cháchara de ciencia ficción, "San Junipero" no es más que el enésimo rollo romántico-existencial adolescente que, como tal, termina con las tortolitas feliz de la vida, y eso que "Black Mirror" ofrecía una mirada ácida y pesimista... A propósito, la relación entre alta tecnología y sociedad o humanidad sigue brillando por su casi ausencia, por su miopía crítica. Y el final, al igual que en "Men against fire" (¿cómo es que termina dos episodios de la misma forma?), ya lo vi en la mediocre y fallida "Repo Men", y de seguro aquélla no fue la primera en "sorprendernos" de esa forma...