Revista Cultura y Ocio
La banda británica de Birmingham Black Sabbath editaron en 1973 su quinto álbum de estudio titulado Sabbath bloody Sabbath y grabado en medio de una profunda crisis en el plano personal de todos sus integrantes, con una adicción fuerte a las drogas, tan grande que les llevaría a una total incapacidad para componer nuevo material, para suceder al gran Vol. 4 de 1972. Así las cosas y parte como remedio a esa situación límite, el grupo se retiró a un castillo medieval en el bosque de Dean en el condado de Cloucesterhire, al norte de Inglaterra. Fue allí en ese entorno tranquilo y algo siniestro por las leyendas que sobre dicho castillo existían, la banda se revitalizó tanto anímica como musicalmente y durante semanas compusieron y ensayaron los temas del nuevo álbum, que posteriormente cogieron forma en los Morgan Studios de Londres en los meses centrales de 1973. La formación seguía siendo Ozzy Osbourne a la voz, sintetizadores, tambourine y palmas, Tomy Iommi a las guitarras, piano, sintetizadores, clavicordio, flauta y palmas, Geezer Butler al bajo, sintetizadores, melotrón y palmas y Bill Ward a la batería, bongos y palmas.Composiciones más maduras, inclusión de sintetizadores, y en definitiva temas más armados y compactos. Killing yourself to live era una oscura tonada pero de resultado tremendo, con las señas de identidad del grupo intactas.
Os dejo con el tema y vídeo de Killing yourself to live.