La compañía envió 1.9 millones de equipos durante el periodo, siendo que el año pasado en esta misma fecha enviaron 6.9 millones de dispositivos, y en los tres meses anteriores enviaron 3.7 millones de aparatos. En cuanto a finanzas, la compañía perdió USD $4.400 millones, lo que se traduce en $8.37 por acción.
Las ganancias de la empresa sumaron USD $1.200 millones, una cifra mucho peor de lo proyectado por analistas financieros para la canadiense. La compañía terminó Q3 con USD $2.280 millones en efectivo, y espera mantener esta posición en su reporte de Q4.
La canadiense vendió 3.2 millones de equipos BB7 y apenas 1.1 millones de aparatos basados en BB10, dejando USD $2.600 millones en equipos de última generación sin vender.
BlackBerry aprovechó la oportunidad para anunciar que habían suscrito un acuerdo de fabricación de dispositivos por 5 años con Foxconn, lo que redunda en un compromiso para continuar creando terminales y sustentando el mercado de consumidores y empresas con aparatos de diversos formatos; y, de paso, aligera la carga de gastos operacionales tercerizando la fabricación de equipos bajo sus propias reglas.
Los equipos serán construidos en Indonesia y México.
Además, la empresa anunció cambios estructurales profundos para pasar a BlackBerry a un modelo basado en unidades de negocio muy bien definidas: Servicios para empresas, mensajería, QNX y dispositivos. La idea de John Chen es que esta última trabaje de forma independiente con las otras tres creando sinergias que beneficien al conjunto y a cada una por separado.
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