La historia del black metal en Barcelona es el tema central de «Blackcelona: una historia de metal satánico», un nuevo documental dirigido por Diego López-Fernández que ha comenzado su rodaje en Barcelona.
Con este trabajo, López-Fernández, que ha tenido una sólida carrera en el cine documental fantástico («La sonrisa del lobo» (2008), «Los perversos rostros de Víctor Israel» (2010) y «Herederos de la Bestia» (2016)), se adentra en el terreno de la música a través de los vínculos que unen la ciudad de Barcelona con un género concreto: el black metal.
Este documental recorre la historia del black metal en Barcelona y el resto de Cataluña, desde sus orígenes en los 90 con bandas como Beheaded Lamb, Gorthaur, Countess o Gothician, hasta su desarrollo en los 2000 con bandas como Korgull the Exterminator, Insulter , Expiación o 13ª Luna.
“Blackcelona” también analiza la importancia de las revistas MetaliKO, los sellos Abstract Emotions y New Gotia, Don Simón Studios, Garatge Club, Mephisto o las salas KGB, o tiendas como Anaconda, Hysteria y 7 Pulgadas, que son la clave de la consolidación negra de los metales en la región de Cataluña.
Durante las primeras semanas de rodaje se realizaron entrevistas a personajes muy destacados de la escena, como Ramón Porta, editor de MetaliKO, Daemonous (SACRUM SACRIFICATIONIS, ORK), Jordi ‘KatuMarus’ (BEHEADED LAMB, GORTHAUR), Daniel Rubí, Christopher B.W. (ASGAROTH), Akerbeltz Mercyless (AKERBELTZ) y Lilith Necrobitch, componente de la primera formación íntegramente femenina de Black Metal, COUNTESS, entre otros.
Copiamos la nota de prensa:
«En la década de los ochenta, una hornada de bandas internacionales comandadas por Venom, Bathory, Mercyful Fate, Hellhammer o Sarcofago, se erigieron como los precursores de un nuevo estilo musical. Y fue a inicios de los noventa cuando surgió una segunda ola de bandas ya denominadas Black Metal, concepto extraído del disco de Venom editado en 1982.
De la influencia de aquel primer movimiento surgieron formaciones en distintos países del mundo, como Noruega, Finlandia, Grecia, Australia, EE.UU., Suiza o Canadá: Mayhem, Samael, Burzum, Beherit, Rotting Christ, Blasphemy, Emperor, Sadistik Exekution, Immortal, Dark Throne, Necromantia o Profanatica. Todas ellas dieron forma a un género envuelto de oscuridad, cruces invertidas y polémica.
La ciudad de Barcelona no se quedó al margen del movimiento y ya desde el inicio de los noventa fue escenario de la creación de los grupos Beheaded Lamb, Gorthaur, Countess, Gothician, Sign of KatuMarus o Dying Christ. El Black Metal se extendió rápidamente desde la capital al resto de Catalunya y tuvo su punto de inflexión en verano de 1993 con el primer concierto de una banda catalana en la Plaza Tetuán de la ciudad: Sacrum Sacrificationis. Se cumplen, pues, treinta años del probablemente primer concierto de un banda nacional de Black Metal en el país.
Seguidamente, Blazemth, Argar, Asgaroth, Majestic Midnight, Akerbeltz, Lux Divina o Foscor completaron una escena consistente y de proyección internacional que, desde el año 2000 en adelante, continuó su extensión con otras formaciones como Korgull the Exterminator, Insulters, Atonement, Sheidim o 13th Moon«.