Revista Sociedad
"El hombre no es más que una caña, la más debil de la naturaleza; pero es una caña pensante. No es necesario que todo el universo se arme para destrozarlo: un vapor, una gota de agua es suficiente para matarlo. Pero aunque el universo lo destrozase, el hombre sería aún más noble que el que lo mata, porque sabe que muere y sabe la superioridad del universo sobre él; en cambio, el universo no sabe nada de ello. Toda nuestra dignidad consiste, pues, en el pensamiento. Es con éste como debemos ennoblecernos, y no con el espacio y el tiempo que podamos ocupar"
"Navegamos en un vasto mar, siempre inseguros e inestables, arrojados de un extremo a otro. Cuando vislumbramos alguna roca que nos permita acercarnos a ella y ponernos a salvo, desaparece y nos abandona, y si la perseguimos, se desliza y se nos escurre de las manos, huyendo en una fuga eterna. Nada se detiene por nosotros. Ésta es nuestra condición natural, que sin embargo es lo más contrario a nuestra inclinación; deseamos con ardor el hallar un orden estable y una base última para edificar en ella una torre que se alce hasta el infinito; pero todo nuestro fundamento se agrieta y la tierra se abre en un abismo."