Las nuevas (y absurdas) exigencias de Hacienda
Cada vez que veo una noticia de este tipo relacionada con el Blanqueo de Capitales doy gracias a Dios, o a quien quiera que esté por ahí arriba mirando las tonterías que hacemos cada día, por haber dejado la asesoría de empresas hace más de diez años. Me avergüenza esta actitud que tiene Hacienda de exigir que los asesores fiscales y abogados investiguen y espíen, además de que denuncien, a sus propios clientes. ¿Pero qué es lo que se ha pensado esta gente?
Se supone que incluso el más vil de los asesinos sanguinarios tiene derecho a una buena defensa, hasta el punto de que uno, cuando es imputado por un delito, sea el que fuere, no se puede defender a sí mismo, sino que tiene que buscar un abogado que garantice su defensa. Si eso es así, ¿cómo puede entenderse que Hacienda lleve tanto tiempo apretando cada vez más las tuercas a los asesores fiscales, notarios y a los abogados para que denuncien a sus propios clientes? ¿Tiene eso alguna lógica? Una cosa es que el propio asesor cometa un delito y sea detenido por ello, y otra bien distinta que los quieran utilizar como detectives y policías gratuitos que, además, actúen en contra de sus propios intereses y de los de sus clientes.
Señores de Hacienda, si no tienen bastante personal para revisar todos y cada uno de los palominos de nuestra ropa interior de a diario, por favor, contraten a más gente, que hay mucha en el paro, pero no saquen leyes absurdas para que alguien, sin cobrar, les haga a ustedes el trabajo sucio… ¡SU TRABAJO!
Es ridículo el contenido del futuro Reglamento de Desarrollo de la ley de Prevención del Blanqueo de Capitales y la Financiación del Terrorismo que parece ser que exigirá a los asesores fiscales una actitud más proactiva en la identificación de sus clientes y en la denuncia de los comportamientos sospechosos.
¿Qué es eso de que los asesores fiscales tengan que investigar a sus propios clientes, incluso de manera clandestina?, ¿visitas presenciales a las oficinas, almacenes y locales declarados por el cliente para confirmar que se está desarrollando realmente la actividad declarada dejando constancia por escrito de la visita? Señores… se han pasado tres pueblos… sean adultos y contraten a su propio personal y dejen que cada cual haga su trabajo como debe de hacerlo.
¿Quién le paga al asesor fiscal… el cliente o Hacienda?
¡¡Ya está bien!!, nos tienen por memos, que alguien les plante cara a esta gente ya, por favor…
Ramón Cerdá