[Ricardo Portmán] @ecosdelviniloLa segunda mitad de los noventas en Venezuela eran impensables sin los sonidos de King Changó. La banda liderada por los hermanos Blanco (José Andrés y Luis Eduardo) tomaba el legado ska de Desorden Público y lo llevaba al terreno del máximo mestizaje, incluyendo reggae, latin, raggamuffin e instrumentación tradicional venezolana sin ningún reparo.Blanquito Man (José Andrés) dejó Venezuela para radicarse en Nueva York en 1994, buscando alternativas laborales. La Babilonia cultural trajo consigo nuevos músicos y múltiples influencias lo cual terminó enamorando del proyecto al gurú alternativo David Byrne, quien en ese entonces dirigía el sello Luaka Bop. Tras el flechazo se lanzó un disco debut, titulado como la banda, el cual se convirtió en un totem del latin-rock del momento, dejando himnos para la posteridad tales como Melting Pot, Confesión y God Damn Killers entre otros.El éxito alcanzado en Venezuela, México, España y Japón les llevó a grabar un segundo y a la postre último disco en el año 2000, El Regreso del Santo, en el cual incluirían el Trip-Hop, Ska-Punk, Drum’n’Bass combinados con los sonidos presentados en su primer trabajo. La banda terminaría separándose en el 2003, dedicándose varios de sus integrantes a proyectos individuales.
En el año 2014 se publicaría en los medios la terrible noticia que Blanquito man sufría de cáncer de colon, cuyo costoso tratamiento le llevó a realizar campañas de crowdfunding. Las noticias de los últimos meses no invitaban al optimismo por su salud y ayer se confirmó que llegó a su final la batalla. José Andrés Blanco, Blanquito Man, dejó este plano en Nueva York, dejando tras de sí un digno legado que le aseguró un lugar destacado en el respeto de la comunidad musical y el cariño del público.
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