Revista Insólito

Blas de Lezo, el medio hombre

Publicado el 16 julio 2013 por Plewaynar

Si el señor Blas de Lezo en lugar de ser Español hubiese sido norteamericano seguramente todos sabríamos su vida y obra ya que habrían realizado ciento de películas sobre él, sin embargo, tuvo la fortuna de ser un héroe español que nadie conoce.

Blas de Lezo fue un oficial de la marina española a principios de 1700, era cojo, tenía una pata de palo, tuerto y manco, por eso lo conocían como “El mediohombre” o “El patapalo”, sin embargo con solo 6 barcos consiguió detener a la mayor flota de barcos ingleses, en total 195 buques armados y llenos de ingleses.

Cuadro de Blas de Lezo del Museo Naval

Cuadro de Blas de Lezo del Museo Naval

Pero empecemos por el principio, Blas se encuentra embarcado en la flota franco-española que se iba a enfrentar a la flota anglo-holandesa frente a las costas de Velez-Málaga, en la provincia de Málaga, al sur de España. Durante la refriega una bala de cañón le destroza una pierna por debajo de la rodilla y se la tienen que amputar sin anestesia. Según dice no dijo ni “mú” durante la operación, solo tenía 15 años.

Lo ascienden a Alférez y le ofrecen un puesto en la Corte, pero Blasito dice que de eso nada y que quiere seguir navegando.

En 1706, se le ordena abastecer a la ciudad de Barcelona con una pequeña flota. La gran flota inglesa la está sitiando, el joven con solo 17 años, no se le ocurre otra cosa que tirar paja húmeda y prenderle fuego, el humo que originó ocultó los barcos españoles que consiguieron entrar en Barcelona.

En un enfrentamiento en tierra firme, otra bala de cañón pega en una muralla saltando una esquirla que le da en un ojo, quedando tuerto, siendo ascendido a teniente.

Estatua de Blas de Lezo en Cartagena de Indias.

Estatua de Blas de Lezo en Cartagena de Indias.

En 1710, con 21 años, se enfrenta contra otro inglés que le triplicaba en fuerza, tras cañonazo va y cañonazo viene, el inglés no se dio cuenta que las maniobras del Blas iban encaminadas a acerca los barcos hasta que estuvieran a punto de abordaje, y así fue, antes de que le diera tiempo a tomar el primer sorbo de té, los barcos ingleses habían sido abordados y el español se preparaba un “carajillo” en el camarote del almirante inglés, sin importarle que había sido herido.

A nuestro Blasillo lo ascienden a capitán.

Si ya ayudó una vez a Barcelona, en esta ocasión le tocaba asediarla y así hizo, hasta que una bala lo hirió en un brazo, Blas de Lezo, ahora era tuerto, cojo y manco, y solo tenía 25 años…

“Toma la oreja, llevatela de recuerdo, y le dices a tu rey que le haré lo mismo si sigue dándonos la lata”.

Tras esto, conquista Mallorca, se va al Caribe a pelear contra los piratas, se casa en Perú, y regresa a España, en donde se encuentra que la República de Génova no está siendo muy amistosa, por lo que Blas, que ya era general, coge sus barcos se presenta en dicha república y le dice que hagan el favor de darle los dos millones de pesos que tienen retenidos en un banco de allí, que rindan homenaje a la bandera española, y que como tenía mucha prisa por volver a España, les puso un corto espacio de tiempo para cumplir su exigencias por las buenas o por las malas.

Fragata F-103,

Fragata F-103, “Blas de Lezo”. La aramada española siempre tiene un barco con el nombre de este marino.

Blas de Lezo vuelve a España, sin haber disparado una bala de cañón y con los dos millones de pesos, uno de los cuales se empleó para organizar una escuadra contra Oran.. ¿Sabéis quien iba a ser el comandante de dicha escuadra?… nuestro Blasillo, que se presentó en Oran y expulsó al pirata Argelino que la dominaba, de vuelta a España, se entera de que el pirata había vuelto a conquistar la ciudad, ni corto ni perezoso da media vuelta y nuevamente hace que el pirata huya, pero esta vez lo persigue hasta hundir sus barcos y destrozar el puerto que le había dado cobijo.

Ya lo han ascendido a teniente general de la armada cuando lo mandan de vuelta a América, en donde los ingleses se enfadan porque captura a un corsario inglés y uno de los capitanes españoles le corta una oreja al pirata-corsario y, según lo ingleses, le vino a decir:

“Toma la oreja, llevatela de recuerdo, y le dices a tu rey que le haré lo mismo si sigue dándonos la lata”.

Aquella guerra pasó a la historia como la “guerra de la oreja de Jenkins”, así se llamaba el corsario desorejado.

Vernon, un almirante inglés, en un acto de valentía sin igual asaltó la ciudad de Portobelo en Panamá, que se encontraba totalmente indefensa, por no haber no había ni siquiera un tirachinas para defenderse, tras ello le lanza un reto a Blas de Lezo, que no duda en contestarle:

mnedas blas de lezo
«Si hubiera estado yo en Portobelo, no hubiera su Merced insultado impunemente las plazas del Rey mi Señor, porque el ánimo que faltó a los de Portobelo me hubiera sobrado para contener su cobardía.»

Podríamos pensar que el Blasito tenían un buen par de “meñiques” bien puestos, y así era, por que el inglés tenía:

  • 195 barcos de distintas índoles.
  • 2.000 cañones.
  • 23.600 combatientes
  • 4.000 reclutas de Estados Unidos

y con todo ello se dirige hacia Cartagena de Indias para su asalto.

Nuestro general Blas solo tenía:

  • 6 barcos
  • La tripulación de estos 6 barcos.
  • 3.000 hombres
  • 600 indios con flechas.

y lo más importante la experiencia que le habían dado 22 batallas, y su gran ingenio.

 

«Para venir a Cartagena es necesario que el rey de Inglaterra construya otra escuadra mayor, porque ésta sólo ha quedado para conducir carbón de Irlanda a Londres, lo cual les hubiera sido mejor que emprender una conquista que no pueden conseguir.»

¿Como acabó la cosa?

Pues con el almirante inglés gritando desde su barco, y lo que le quedaba de flota, mientras huía derrotado a toda prisa aquello de: “Dios te maldiga Lezo” a lo que Blasito no pudo evitar enviarle un mensaje:

«Para venir a Cartagena es necesario que el rey de Inglaterra construya otra escuadra mayor, porque ésta sólo ha quedado para conducir carbón de Irlanda a Londres, lo cual les hubiera sido mejor que emprender una conquista que no pueden conseguir.»

El rey inglés ordenó que no se hiciera ninguna referencia a esta espantosa derrota y que nunca fuera contada en las crónicas.

Debido a la cantidad de cuerpo insepultos, Blas de Lezo contrae la peste y fallece en Cartagena de Indias el 7 de septiembre de 1741 con algo más de 50 años.


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