Bliss: La vampirización del artista

Por Victor Fernández.

Dezzy (Dora Madison) es una joven artista de Los Ángeles que lleva tiempo sin poder pintar ningún nuevo cuadro. En busca de esa obra maestra que la lleve a los altares, y que la haga resurgir de sus propias cenizas, se mete en un sórdido mundo nocturno en el que cualquier cosa le parecerá válida para conseguir sus ansiados objetivos, esta es la base de "Bliss". De este modo, entre sexo y droga (mucha droga) Dezzy irá mutando de personalidad hasta que una sanguinaria vampirización se apodere de ella. En ese camino, su obra cumbre irá cogiendo forma, pero el reguero de cuerpos mutilados será equivalente a sus ganas de alcanzar la gloria.

De este modo se presenta la última obra del cineasta norteamericano independiente Joe Begos, especializado en obras de terror y fantasía de marcado carácter nostálgico. Tras las fallidas ‘Casi humanos’ (2013) y ‘Poder mental’ (2015), de las que cogía muchos tics ochenteros, pero sin aportar grandes hazañas personales, ‘Bliss’ llega para poner a Begos en un nuevo lugar dentro del cine de terror underground. La brutalidad de algunas de sus escenas, el agobiante y lisérgico estilo que el cineasta utiliza para contarnos este psicotrópico viaje, puede llevar a los amantes del terror gore a frotarse las manos ante el atrevimiento de la propuesta.

Nada más empezar la cinta, un cartel nos advierte de que la película puede ser peligrosa para aquellas personas que sufren epilepsia, ya que el parpadeante ambiente del extrarradio de Los Ángeles, así como de la propia mente de su protagonista, nos introduce de lleno en un aturdido viaje hacía la locura. Más cercana a ‘Climax’, de Gaspar Noe, o a ‘Mandy, de Panos Cosmatos, que a sus anteriores obras, ‘Bliss’ pone a prueba la fuerza del espectador, a la vez que destaca una interesante reflexión acerca de la inspiración y el bloqueo creativo.

Con una imagen sucia y unos efectos especiales y de maquillaje portentosos (sobre todo en su tramo final), la última cinta de Begos es una de esas proposiciones cinematográficas para un público muy concreto como el de Sitges, es decir, aquellos que disfrutan con un cine de serie b sangriento. Cierto es que Bliss es extremadamente radical en su propuesta, y que la apertura a los infiernos del alma que realiza queda en ocasiones eclipsada por sus ganas de trascender continuamente (son 80 minutos algo alargados), pero dentro del género que se mueve, es una interesante alternativa a lo más comercial que suele llegar a salas.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. La historia que narra, tanto en su fondo como en su superficie, es bastante banal. Sobre todo porque la hemos visto y oído demasiadas veces, y ‘Bliss’ tampoco ofrece una nueva perspectiva dentro de ello. Típica historia de artista frustrada en busca de su joya, de relato vampírico de poca novedad. Begos se centra tanto en la forma (como decíamos antes, muy interesante) que olvida un poco el libreto y con ello surgen escenas y diálogos bastante pobres y desarticulados. Menos mal que, para salvar un poco este desbarajuste, el director cuenta con una protagonista de altura. La interpretación de Dora Madison, incomoda, frenética y al límite, sostiene algunos tramos de la cinta que con otra actriz menos cualificada habrían supuesto un abismo difícil de escalar.

En definitiva, ‘Bliss’ es una propuesta más que interesante para los amantes del terror y el gore, y para aquellos que busquen experiencias diferentes a las que suelen llegar a nuestras salas comerciales. Eso sí, ni es para todos los paladares, ni tampoco es una obra maestra. Es una cinta a medio camino, con luces y sombras, pero que al menos sitúan a su cineasta como un realizador a seguir dentro del género, cosa que nunca hubiésemos pensado tras sus primeras y mucho más insatisfactorias películas. Por ello, ojalá que ‘VFW’, su otra película de este pasado año, llegue también a nosotros. Al menos para comprobar cual es nuevo camino que toma.

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##check## Lo bueno

Su propuesta de terror gore independiente, poco común en nuestras salas comerciales (y de mucha menor calidad la mayoría de las veces).
La interpretación de Dora Madison, electrizante y extrema.

##times## Lo malo

Qué el guion caiga, por momentos, en lugares poco trabajados, con diálogos y escenas alargadas y débilmente fundamentadas.
Qué, aun teniendo una forma muy atractiva, en ocasiones esta gane casi todo el peso de la cinta.

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Ambientación 7.0

Sucia y oscura. Una ambientación a través de los suburbios de drogas y sexo en Los Ángeles que es el claro contrapunto al aparente glamour de la ciudad de las estrellas. Muy trabajado y convincente.

Desarrollo de Personajes 5.0

El único personaje desarrollado es el de ella, pero también es sobre el que gira todo. Tiene un avance importante y trabajado con cierta calma y coherencia, aunque tampoco nos descubra ni nos brinde ninguna sorpresa (sabes más o menos todo el rato hacía donde va a dirigirse).

Argumento / Guión 4.0

Es interesante la forma en la que lo narra, pero es muy básica. Una historia contada mil veces que, más allá de lo sanguinario y lo visual, no propone ningún hallazgo en lo que a guion se refiere.

Banda Sonora 7.0

La película se ve fácil y no aburre, aunque ciertamente parezca alargada, en ocasiones, a pesar de sus 80 minutos. Es problema de una historia que no se sustenta sobre mucha originalidad.

Entretenimiento 6.0

La película se ve fácil y no aburre, aunque ciertamente parezca alargada, en ocasiones, a pesar de sus 80 minutos. Es problema de una historia que no se sustenta sobre mucha originalidad.

Montaje / Innovación técnica 7.0

Un montaje atrevido y muy al límite de la paciencia del espectador (para bien y para mal). Es una propuesta muy clara que nos introduce casi en ese estado de droga-dicción y canibalismo de la protagonista. Aunque, en ocasiones, la película peque un poco de querer dejar más huella de la que tiene. Técnicamente está cuidada, tanto en fotografía como en sonido y efectos visuales. Y, además, de forma muy casera, cosa que se agradece.