Cita:
"Probablemente me vendría mejor una siesta para recuperar las horas de sueño que había perdido a lo largo de la semana, pero la caminata me había dado energías y pensé que tirado en la cama solo repetiría el ciclo de enojarme, culparme y extrañar a Hayden una y otra vez.
No, jugar me haría sentir mejor. Le di play a la lista de Hayden, me logueé en Mage Warfare y cliqueé en mi avatar de golem. De chico mi madre me contaba historias sobre esos monstruos mudos hechos de arcillas que existían para proteger las viejas comunidades judías; luego leí un libro maravilloso sobre golems y comics y toda clase de locuras. Los golems de estas historias no tenían poder por sí mismos y tenían que hacer lo que sus creadores quisieran. Me sentía bastante mal por ellos. Se me ocurrió que podía ser divertido crear uno con una mente propia (ok, la mía) y que pudiera derribar a quien quisiera sin repercusiones. En la vida real no tenía intereses en esa clase de violencia; en el juego era divertido porque no era real.
Era solo una manera de sentirme poderoso, ya que me sentía tan impotente en el colegio. Mi golem se llamaba Brutus y pateaba culos con regularidad".
Estar en el juego era como estar adentro de otro mundo. Casi que podía pretender que nada había cambiado, que Hayden seguía ahí, dado que en Mage Warfare siempre habíamos jugado en lados opuestos. Hayden siempre tenía que ser el buen tipo, peleando por la Cooperativa, la verdad y la justicia y todas esas cosas, mientras que a mí me gustaba jugar para los villanos. Era lo opuesto a la vida real, donde siempre me preocupaba por hacer lo correcto.
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