Hay decenas de blogs en internet. Muchos de ellos son de escritores publicados o aún sin publicar. Bucear en ellos es una aventura enriquecedora y sorprendente. Te permite conocer al autor mucho mejor, sus intereses, sus noticias de actualidad, sus opiniones y ese perfil literario que lo define frente a los demás.
Como escritor y como autor de un blog, puedo afirmar que es una de las actividades más satisfactorias y menos rentable de las que puede encarar un profesional de las letras. Lleva un trabajo tremendo, es un canal de comunicación maravilloso, llega a todas partes del mundo y te permite tratar los temas en los que estás especializado con absoluta libertad y sin recibir un centavo a cambio. Como apoyo de promoción literaria, el blog es una herramienta básica para lograr visibilidad en el mercado de lectores. Y como desahogo emocional, no tiene precio.
Tampoco hay que tirarse de los pelos o darse golpes en el pecho si no se produce una rentabilidad que compense el tiempo y el esfuerzo que implica actualizar un blog. Ésa no es la función del blog. Crear una imagen de marca del autor, sí. Y para eso, el blog es ideal, el súmmum.
Una de las características que identifica un blog de calidad, guay, la envidia cochina de la comunidad bloguera de escritores, es que el website esté en en wordpress, con dominio y hosting propios, un diseño de relumbrón, actualizado diariamente y con contenidos originales y que se identifiquen claramente con el autor.
Lo más de lo más de un blog de autor es que sepa segmentar con extraordinaria agudeza su público objetivo. O sea, esos lectores todoterreno, inasequibles al desaliento, que te empujan y te animan, que lo mismo leen tus novelas que devoran los artículos que escribes primorosamente.
Una luz brillante, a modo de alarma, debe guiar la actividad del febril escritor que trabaja con denuedo dándole a la tecla: nada de contenidos que adulteren el perfil coherente del autor. Todo tiene su lugar bajo el sol. Si un escritor es especialista en inteligencia, operaciones especiales, cultura western y american way of life (como es mi caso), debe ceñirse a esos temas y no mariposear donde no controla. Recuerde: marca personal. Es la bandera del escritor, con la que se lanza como un valiente a por los lectores. Yee haw!
Un consejo de un escritor con blog propio: no haga ni caso de los expertos en marketing y tonterías varias sobre lo que debe o no debe escribir en su blog, sobre el género literario que puede o no puede desarrollar en su carrera, sobre si pisa muchos callos con sus opiniones, y sobre lo que le conviene para triunfar.
Se trata de su imagen, de su proyecto literario y de su forma de escribir y afrontar los temas. Quien quiera hacerlo de otra forma, que se abra un blog.
No hay nada como un blog de autor para pasarlo en grande. Ésa es la clave: disfrutar escribiendo. Ya sea un blog o una novela. Ese disfrute, ese gozo sin igual, lo perciben los lectores, y eso te gana lectores a tutiplén.