
La historia (Vía Ayuntamiento de Zaragoza): Hace mucho, mucho tiempo, en un país lejano, un niño vino para cambiarlo todo. La manera de entretener, divertir, de pasar miedo, de reír y de llorar y, en definitiva, de sentir.

Sus padres eran maestros en el oficio que él haría suyo más adelante. Creció en un teatro, rodeado de maletas y baúles, siempre preparados para viajar. Argentina, Uruguay, Chile, Honduras, Guatemala, hasta llegar por fin a España.Junto a su madre representó más de cien obras de teatro diferentes por toda la Península. Pero ese niño no podía estar quieto y regresó a Buenos Aires, donde llegó decidido a triunfar y descubrir un aparato catódico que revolucionaría el mundo: la televisión. Para ella escribió, dirigió e interpretó. Aprender, siempre, aprender. Aprender para crear, aprender para enseñar, aprender.
Ese niño se hizo hombre y quiso otra vez hacer esas maletas que nunca se terminaban de deshacer. El destino, un despacho en el paseo de La Habana en 1963. ¿Imaginan dónde? En Televisión Española, una televisión pequeña, con poco hecho y mucho por hacer.Estudio 1, Historias para no Dormir, Historia de la Frivolidad¿ los premios internacionales surgieron como un oasis en mitad del desierto. Todo lo que tocaba se convertía en oro.Y por fin, en 1972, apareció en nuestras vidas la obra que marcó a tres generaciones: el Un, Dos, Tres...Responda otra vez. Todos los viernes los telespectadores se agolpaban delante de la pantalla. Niños, padres, abuelos, quizás era el único momento en el que toda la familia se reunía para estar junta.Chicho trabajó sin descanso para la que consideraba su otra familia, los espectadores, mientras creó la suya propia. Primero una niña, y después un niño. Y así llegó la madurez, despacio y sin hacer ruido. Quizás era el momento de descansar.
La exposición:
Un viaje al pasado, cargado de nostalgia, que se instala hasta el 24 de agosto en el Centro de Historias de Zaragoza, en un recorrido por varias salas donde se pueden ver desde los orígenes más íntimos del artista, con objetos personales como mechones de pelo guardados por su madre o su primer patuco, hasta sus trabajos más míticos, con vestuario, guiones, bocetos, fotografías o atrezzo original de sus programas como ‘Un, dos, tres’, ‘Historias para no dormir’, ‘Waku-waku’ o ‘El Semáforo’.











Entre los elementos más llamativos se encuentra la primera cinta con la que se presentó en Televisión Española, que ha sido calificada por Urrutia como «el Big Bang de la televisión», así como los dibujos del aragonés Antonio Mingote o los diferentes reconocimientos que coleccionó el director, como el Goya honorífico o sus premios Hondas y Feroz.
Además, los visitantes también pueden sentarse en los mismos atriles que los concursantes del ‘Un, dos, tres’ o tomar asiento en el despacho de Chicho, que se ha recreado con objetos originales como su máquina de escribir, su magnetófono, ceniceros con restos de puros o notas manuscritas, que dan forma a un escenario donde nació parte de la historia de la televisión en España.
La muestra incorpora también un homenaje a su faceta como cineasta, con referencias a las dos películas que dirigió, ‘La Residencia’ y ‘¿Quién puede matar a un niño?’, que influyeron a cineastas como Bayona, Amenábar o Álex de la Iglesia.

A tener en cuenta: Se puede visitar hasta el 24 de agosto de 2025. Horario de martes a sábados de 10h a 14h y de 17h a 21h. Domingos y festivos de 10 a 14h30hMás información: [email protected], en la web, en Facebook, Instagram, X y en el teléfono. 976 721 885Un plus: Entrada gratuita.

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