Blonde Redhead - 23 (2007)
Bueno, mala onda correr a la velvet, pero ando más desfazado con el calendario que si no subo hoy no subo nunca.
BLONDE REDHEAD. De ellos ya escuchamos ese neurótico y noisero debut, plagado de distorsión, gritos, iras adolescentes que querían ser la apatía cool de Kim Gordon (Sonic Youth es la bíblia en el universo Blonde Redhead). Pero eso fue en 1995. MIL NOVECIENTOS NOVENTA Y CINCO. Hoy es 2011, y el disco que traemos hoy es de 2007. En los doce años que fueron desde allá hasta acá cambió todo, sin que nada cambiara.La materia prima a trabajar es la guitarra, la distorsión (está anteúltima placa los encuentra reducidos a trio, dos guitarras y batería) como forma expresiva básica y como pintura a la que se puede hacer verse de tal o cual color. Así era al principio y así sigue siendo aquí, y si le creemos a las fotos y los compramos como viejos indies y sónicos, sensibles poetas del ruido, comprendemos que la ira se haya aplacado y haya dado paso a una parsimonia delicada, escultural, de contextura cristalina y celestial. Si la tapa es celeste no importa, las canciones (Dr. Strangelove, The Dress, SW, 23, My Impure Hair, Heroie, Spring and by Summer Fall, todos temas increíbles) desde los títulos hasta el beat nervioso y constante, pero dulce del hi hat nos presentan un disco rosa, magenta, color de tormenta eléctrica hecha de piel. La magia de esta banda hace pie en muchos lugares, pero quizás de los más bellos sea la delicada voz de Kazu Makino. Neoyorkina, y cantando en ingles, aún así su voz transmite toda la fragilidad e inseguridad de una constante extranjera. Japonesa hasta la médula su voz aniñada flota sobre acordes como nubes de estática pesada, mareante como oceáno. Aquí y allá aparece, a veces contrapuesta con la voz, también suave y delicada, pero inconfundiblemente masculina de Amedeo Pace, guitarrista. Levemente rasposa, semisusurrada todo el tiempo la voz de Makino se siente cercana al corazón, parece ser que lo dulce viene de un alma lastimada, un alma que gritó hasta morir de joven, cuando adolescente y odiando la vida, y que ahora, ya vieja y cansada, se reconcilía con una paz que si no está en la vida que lleva, la conjura perfectamente en las canciones en las que habita.Beats programados, profundos y lentos se cuelan por aquí y por allá (el principio de Publisher) dando espesor, base para que las guitarras aceleren, despeguen, se confundan y retomen. El final de Heroine se descompone en confusión soundscapera a-la mars volta antes de pegar, por el mismo beat, siempre optimista, actual, con el principio de la bella Top Ranking.Al final, cansados, abren la puerta a una vieja cosa. Canción lenta, acustica (¿de cierta manera?), My Impure Hair, viene acompañada de vientos que son notas alejándose al infinito. 23 corre, despacha sus 43 minutos en un parpadeo, con diez perlitas hermosas de pura música electrica y preciosa. No se que queire decir la palabra lush, pero su sonoridad habla perfectamente de Blonde Redhead. Tampoco se que quiere decir felicidad, pero creo que entra acá, por algún lugar (suban el volumen, pongan el video y después diganme que no).
Artistas Similares: Sonic Youth, Asobi Seksu, Beach House, Electrelane, Asalto Al Parque Zoológico
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