Revista Cine
Director: Jean-François Richet --- Intérpretes Principales: Mel Gibson, Diego Luna, Thomas Mann, Elisabeth Röhm, William H. Macy,Erin Moriarty, Miguel Sandoval, Ryan Dorsey, Michael Parks, Dale Dickey, Richard Cabral, Raoul Trujillo, Daniel Moncada --- Argumento: Lydia, una joven de 16 años, es acusada de haber robado una fortuna a un cartel, pero en realidad es una trampa fraguada por su novio traficante. La chica tiene que escapar con el único aliado que tiene en el mundo: su padre, John Link, un eterno fracasado, antiguo motero rebelde y ex presidiario, que se verá en la obligación de vincularse nuevamente con un pasado del que huía para poder salvarla a ella. --- Mi comentario: Muy entretenido, aunque no creíble también, film de acción, un thriller de venganza, redención, honor, amistad y, sobre todo, amor filio-paternal. Todo ello con una sugestiva puesta en escena a través de exteriores en bellos y agrestes paisajes de Nuevo México (Belén y Laguna, principalmente). Bien dirigido, con mano férrea a través de un ágil montaje que dota de un ritmo endiablado la historia, asistimos a una cinta de acción dura, inclemente, áspera y dolorosa, a través del viaje de un padre que lo perdió todo a causa de su mala vida, intentando una, quizás, última acción que le redima, aunque bien sabe que no lo hace por él mismo, sino por el amor que le tiene a una hija que tiempo atrás desapareció de su vida. Buenos secundarios entre los que encuentro a mi admirado Miguel Sandoval en un corto pero bonito papel, y la nueva recuperación de un ya bastante mayor Michael Parks.
Buena banda sonora de Sven Faulconer, y un guión, repito, no demasiado verosímil, pero atractivo, sugerente, subyugante. La parte final, muy espectacular. Y dejo para el final la entusiasta y brillante interpretación de un Mel Gibson crepuscular, con las cicatrices que le ha dejado marcado su rostro la vida, que definitivamente espero ya recuperado para el cine. En resumidas cuentas, que me ha gustado y la recomiendo, aunque eso sí, a ratos es muy violenta, pero el argumento lo exigía.