Revista Cine
Título original: Blood for Irina
Año: 2012
Duración: 69 min.
País: Estados Unidos
Director: Chris Alexander
Guión: Chris Alexander
Música: Chris Alexander
Fotografía: Chris Alexander, David Goodfellow
Reparto: Shauna Henry, Carrie Gemmell, David Goodfellow, Andre Becker, Jason Tannis, Mark Goodfellow
Impactante visión a un género sobreexplotado.
Gris, solitario, frio, lúgubre, vacio... así es el día a día de Irina. Un verdadero infierno por el que tiene que deambula noche tras noche, en busca de un motivo para seguir adelante.
Irina tiene una maldición, un estigma que le acompaña donde quiera que vaya. Su sed de sangre es insaciable. Noche tras noche sale a la calle en busca de alimento y también en busca de un alma gemela, con la quien pueda compartir su dolor y su terrible carga. Aunque ella tiene un protector, nunca podrá verlo como su igual, sus ojos le muestran que nunca entenderá el pesar que lleva consigo Irina.
Cada noche un mismo ritual, una misma rutina. Lo mejor de Blood for Irina y que debería presumir de ello, es sin duda su capacidad de contarnos mucho mostrando muy poco. Una virtud que no todas las películas pueden presumir de ella. Una estética minimalista, que nos transmite la soledad y la desesperación en la que vive la protagonista.
El editor de la revista Fangoria, Chris Alexander debuta de manera bestial con este film de terror el cual posee una fuerte estética setentera, que recuerda a obras de grandes directores como Jess Franco o Werner Herzog. Pero volviendo al trabajo de su director, no acaba ahí, también es el encargado de escribir su guión, de la producción, la fotografía y la edición. Toda una odisea, de la cual aprueba con creces. Se nota el cariño y el cuidado puestos en Blood for Irina, y sobre todo se ve que es una obra muy personal, que se mueve entre el surrealismo y el terror más intimista y emocional.
Shauna Henry la cual encarna a la infame Irina, la cual nos dibuja un personaje misterioso y atrayente a partes iguales. Durante todo el film tan solo podemos escuchar unas breves frases de forma narrativa y con voz sintetizada, lo cual nos hace pensar en la protagonista como alguien sin un ápice de humanidad en su interior. Lo mejor que tan solo con estas pequeñas narraciones no necesita más para provocar la curiosidad del espectador y atraparnos de lleno.
Cierto es que en algunos momentos la película sufre un poco de falta de ritmo, pero todo queda compensado con un final realmente sublime, todo queda cerrado a la perfección en los últimos escasos cinco minutos. Destacar también los papeles secundarios de David Goodfellow y Carrie Gemmell, que aunque todo el peso de la cinta recae sobre Shauna Henry, ellos dos forman una parte muy importante de la misma. Juntos son un todo en el mundo de Irina.
Remarcar como comente antes que la película que nos ocupa es una obra muy personal del director, y muy posiblemente no sea a gusto de todos los paladares. Pero vale la pena darle esa oportunidad, todos los que estáis artos de ver siempre en la pantalla el mismo tipo de vampiros, las mismas historias típicas y tópicas, con este film disfrutéis seguro ya que posiblemente no se parezca en nada a todo lo que hayáis visto con anterioridad. Chris Alexander huye de todos los tópicos habidos y por haber y nos muestra la cara más intima, nos muestra el sufrimiento interior que puede llegar a sentir un vampiro.
Firma: Omar Parra.