Como primera cosa, hay que decir que tiene una forma particular de contar la historia. La historia está hecha por la hija de Martha Argerich y narra la historia de ésta madre, una pianista argentina al parecer increíble, que consiguió una beca a través de Perón, para irse a estudiar a Austria y que nunca más volvió al país de origen, quizás por eso es que está toda hablada en inglés y con subtítulos obviamente.
En la película, cuenta con lujo de detalles, los largos años de la existencia de Argerich, sus amores y las tres relaciones importantes que darían como fruto las hijas que con cada hombre tuvo. De las tres, tan solo dos estarían siempre al lado de la mamá, mientras que la mayor, viviría ligada a la familia paterna. Lyda, la hija mayor, producto del amor de Martha con un poeta japonés, que le sería arrebatada y solamente podría verla de vez en cuando.
El documental
BLODDY DAUGHETER, está planeado y hecho la hija menor de Argerich, quien haciendo uso de cierta cámara que le comprara mamá en una de sus "mil giras" como ella misma dice, se dedicó a grabar escenas de la vida doméstica familiar, que no eran para nada comunes y corrientes. No es que veamos gente desnuda o inyectándose droga, pero sí dos chicas una más grande que la otra, deambulando en una casa sin orden, sin reglas, sin una mamá ama de casa, sino que una mamá artista, pianista. Sin la imagen paterna que levantara el caos o un nuevo estilo de criar hijos, no lo sé.Lo que queda muy claro, es que la hija menor idolatraba a su mamá y por lo tanto lo que más hay son imágenes de la mamá en distintas ocasiones. Me gustó el especie de álbum de fotos familiares, más bien centradas en la pianista, videos caseros o periodísticos de la madre artista, donde pese a lo que uno creería, en este caso, la pianista también se daba tiempo para tener familia, dos hijas en concreto.
También me gustó mucho el recurso de las fotografías de infancia, tanto de la madre, como de las hijas, de la abuela, la abuela con su historia de haber huido de Europa en la segunda guerra mundial, llegar a Argentina (quizás la esencia nomade es la que permite que Martha se vaya y nunca vuelva o que se vaya sin echar de menos Argentina). El tema de los silencios en la cara de esa abuela y sin embargo el amor a por sus hijos, a por sus nietas. El mismo amor que uno descubre en Martha la pianista "promesa", que tiene tiempo para gozar su música, sus partituras, sus conciertos y a sus hijas, la vida en casa con sus dos hijas.Y sin embargo, hay veces que el documental peca de largo o quizás de excesiva adoración de la realizadora a la mamá y en vez de ser un documental de festivales, debería haber sido un trabajo para la familia, no lo sé. Es que a veces muchas, se torna largo, tedioso, todas esas imágenes de la mamá en distintas situaciones, conversando con la directora, su hija, de episodios familiares, momentos, lo que cada una pensaba de tal o cual cosa. Como que la realizadora olvidó que quizás no todos admirábamos tanto a su mamá. De todas maneras es un documental ilustrativo, interesante y que si lo ves como yo porque lo dejaste "grabado" podrás poner rewin (con perdón de los cineastas), cuando la historia mate por tediosa.
Totalmente recomendado!!
SINOPSIS:
“Soy la hija de una diosa”, bromea en un momento de Bloody Daughter Stéphanie Argerich. ¿Bromea? Exagera, apenas: casi ningún amante de la música clásica dudaría en ubicar a mamá Martha (nacida en Argentina) en el Olimpo reservado a las y los mayores pianistas del planeta. Stéphanie, la menor de las tres hijas que Argerich tuvo con tres maridos distintos, aprovecha su posición privilegiada (y la cámara que su madre le trajo de una de sus mil giras) como compañera de viaje por Polonia, Japón, Italia y unos cuantos países más para capturar rarísimos momentos de esa intimidad que la artista siempre se esforzó por preservar.CALIFICACION:
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FICHA TECNICA:
Título original: Bloody Daugheter, Suiza, 2012Dirección: Stéphanie Argerich
Guión: Stéphanie Argerich
Fotografía: Stéphanie Argerich
Reparto: Martha Argerich, Stéphen Kovachevitch.
Género: Documental.mi septima pasion