Jeff Hopp
Jimi Hendrix
Para ponernos en situación, el término blotter hace referencia al papel secante –como en esa excitante canción de Extremoduro–. A partir de los años 60, con el consumo de drogas psicodélicas, este papel se popularizó como una forma rápida de consumir LSD. Grandes planchas de papel podían troquelarse en pequeños cuadraditos de 5x5 milímetros que se consumían oralmente. Para haceros una idea: de un gramo puro sacaban unas diez mil dosis. Antes se habían dedicado a comerciar con él en terrones de azúcar o gominolas. Pero el blotter hacía que cada camello pudiera diseñar la imagen de su LSD específico, como una marca de la casa. El viaje cósmico al que conducía hizo que todos quisieran acercarse a él a probarlo. Puede que por culpa de este, los artistas llegaran a otras drogas como la heroína, que los acabó matando. Pero es que sin LSD no hubieran cantado hasta llevarnos al orgasmo.
Y entonces, ¿dónde se sitúa el blotter art en todo esto? Pues no es más que un arte que recupera ese papel secante como superficie y trae a la luz las imágenes del psicodélico pasado sesentero. Los artistas del blotter art se han dedicado a pintar sobre las planchas de papel secante como una forma de mantener vivo el espíritu de las experiencias que proporcionaba el LSD. Así pues, las obras ilustran a personajes como John Lennon, la Alicia de Lewis Carroll o Roger Rabbit. Puede que sin quererlo descubran a la sociedad unos personajes que salen de experiencias con opiáceos que por culpa de su popularización han perdido este origen desinhibido.Mickey Mouse Face
Una de las críticas más feroces que ha recibido el blotter art y por la cual se le ha perseguido más ha sido la de las asociaciones de madres y padres de Estados Unidos preocupados por la cercanía de las imágenes a sus hijos. El hecho de que algunos artistas utilicen dibujos animados como protagonistas de sus obras les hace temer que las criaturitas caigan en las garras de las drogas. Ante todo, estamos hablando de un arte que desde el 2002 no tiene más vínculo con el LSD que el recuerdo, ya que los artistas sólo utilizan el papel secante como soporte de pintura y no le añaden droga. Así que, como mucho, el niño o la niña que ingiriera la obra sufriría una indigestión. Además, cuán hipócrita es la sociedad estadounidense, que teme que los niños se acerquen a las drogas pero no les importa que accedan fácilmente a las armas. Es más sencillo enseñarlos a defenderse de otros que de sí mismos.Pero vayamos a lo que aquí nos ocupa. Dentro del mundo del blotter art, el hombre más conocido es seguramente Mark McCloud. En su casa guarda una increíble cantidad de obras realizadas en papel secante. Como el que se dedica a confeccionar una selecta colección de sellos, Mark lo hace con blotter. La diferencia es que la policía le arresta cada poco tiempo por el aspecto de su afición. A partir de los años 70, cuando este arte empezaba a asomar la cabeza, Mark no dudó en comenzar a coleccionarlo. Según él, se dedicó a secar los papeles para extraerles todo el LSD y guardarlos como un testimonio artístico. Aunque quién sabe qué parte de la compra se llevaba a la boca en vez de enmarcarla.
Ciaran Shaman
Eden in the propellers of time
Charlie W. Para los que se quieran adentrar algo más en el mundo del LSD, aquí os dejo un link a una galería online de blotter art. Además, os recomiendo encarecidamente el documental Inside LSD de National Geographic.