La última película de Mr. Allen es una pequeña obra maestra, que retrata el detestable carácter de una mujer privilegiada venida a menos e interpretada inolvidablemente por la gran actriz británica, Cate Blanchett.Jazmin o Judith su verdadero nombre, es una insufrible y desequilibrada mujer que engañada afectiva y económicamente por su ex esposo en apariencia, el hombre perfecto (Alec Baldwin), debe recurrir a su "insignificante" hermana (Sally Hawkins) para que la albergue mientras resuelve su nuevo status. De nuevo se adentra en el drama como lo hiciera en ese periodo "oscuro" en el que retrató descarnadamente a incómodas mujeres que por ejemplo, padecían depresión (Mía Farrow en "Septiembre") o que tenían una imagen de sí mismas, completamente alejada de la dura percepción de los demás (Gena Rowlands en la destacada "Otra Mujer").
En este caso, entra con toda a la mente asustada y soberbia de una socialité que lo ha perdido todo. Todo, menos su garbo y frivolidad, y que intenta a su manera reconstruirse a sí misma.En el camino lo intenta todo. Sobreponerse al sentimiento mezquino que siente por su generosa hermana, reconquistarse a sí misma enamorándose de nuevo de un partido perfecto (Peter Sarsgaard), retomar los planes que abandonó en el pasado, y así con paso zigzagueante en esta nueva vida que le toca, hace lo que le toca.De nuevo el reparto es inmejorable. La hermanita (Hawkins) se roba como siempre el show con su versátil fragilidad mientras sostiene un duelo actoral con una de las más hermosas y mejores actrices del mundo (Blanchett). PARA RECORDARDe nuevo Allen se recupera luego del fiasco "Desde Roma con Amor", olvidable por completo.