Desde los buenos y viejos tiempos, aquellos en los que Woody Allen, hacía buenas cintas, con guiones coherentes y donde las actuaciones eran vitales, que no me tocaba ver una película suya y gozarla y anoche lo volví a vivir con BLUE JASMINE. Desde que Allen, decidió dedicarse al cine fácil, obvio, de historias sin sentido, malos actores, puros cari lindos y lindas que comencé a alejarme de su cine, porque le faltaba el guión, buenas historias, trama. Extrañaba profundamente las tipo Manhattan, Hannah y sus hermanas, Annie Hall, Interiores, es decir, la verdadera y buena ironía, la sensibilidad trémula más nítida, los dolores del alma más profundos, el sufrimiento existencial en toda su extensión.
Igual no deja de ser particular que lo que uno extrañe de un cineasta, sea justamente la capacidad de llevar al espectador, hasta las emociones más terribles, las hondas, las que pocas veces sacamos a flote porque no sabemos si tendremos acogida, aquellas historias donde los personajes muestran sus lados oscuros, su locura, padecimientos, sus malos lados y que creo que final de cuentas nos hacía encontrarnos, reencontrarnos con esos personajes, algún parecido con ellos.
En el caso de BLUE JASMINE, safo abierta y profundamente de tener nada parecido a su protagonista, Jasmine, que lamentablemente está más loca, la que vive una existencia falsa, que cuenta mentiras a granel y que además está tan dentro de ellas, que hasta sola se las cuenta y se responde. Una locura producto de una vida seudo de glamour pero que en el desarrollo de la historia, vamos descubriendo que no era todo tan maravilloso como parecía, que vivía bien como pocos, en unas mansiones increíbles (no dirán lo mismo las que hacían el aseo), viajes a todo el mundo, comprar y comprar y comprar ropa, joyas, todo lo que se quiera y para no pecar de egoísmo, hacer una que otra donación, acto de caridad. Y por el otro lado, cuando la pompa de jabón se destruye y cae al suelo de poto y le duele, tiene que irse a vivir con su hermana, que es normal, como uno pero al estilo San Francisco, que trabajando de cajera en un supermercado, vive en un departamento bien bonito, pequeño pero con bien bonito y arreglado como creo lo tendría yo, solo que sin hijos. Y para Jasmine, esto es lo más parecido a una pocilga.... y comienzan los problemas de ella, de la hermana, de Jasmine con la hermana, con el novio de la hermana, con todo el mundo que rodea a la hermana quien sin tener que hacerlo, le ha abierto las puertas de su casa para recibirla en este momento tan malo, que se lo busco por no hacer nada más que gozar de lo que ganaba el marido, que resultó ser un ladrón.
Más menos esa es la trama. Entre medio las existencias de cada una y el tratar de encajar de la hermana disque pobre en el mundo perfecto de Jasmine, aunque ese mundo se haya ido al carajo y lo que costará ese proceso. Otro detalle que todo el tiempo te hace sentir que Woody Allen ha regresado, bendita sea la hora, al pasado, es un efecto del lente, en el que las imágenes parecieran estar más amarillas de lo normal, como otorgándole a la proyección un ambiente de otra época, de los buenos tiempos de Allen. Quizás también es un juego de cámara para provocar esa asfixia por las vidas tan insufribles, insatisfechas de los algunos de los personajes, principalmente de Jasmine, que es la protagonista.... pero es una atmosfera atractiva que te invita a meterte en la historia y pese a los multiples inconvenientes de los personajes, quererlos. En el caso de Jasmine, lo que uno más siente es pena, mucha pena por esta mujer falsa, que se construye una imagen equivoca, que juega con la fortuna de su apariencia, pero que en el fondo es un pollito abandonado tratando de encontrar un alguien, algo, un esposo, profesión, trabajo, sueños, mentiras, que la apañen en esta nueva etapa de la vida y la devuelvan al confort del cual ella es absolutamente parte o eso cree ella al menos.
Recobramos aunque suene raro decirlo, la soledad de los personajes de antaño que construía Woody Allen, soledad, existencialismo, insatisfacción, todo esto rodeado de urbe, de San Franscisco, los racontos de la maravillosa vida de Jasmine en Nueva York, en su casa de playa, de campo y sin embargo la tristeza, la soledad más honda, pero recubierta, de mucho vodka, whisky y todo lo que ayude para empañar la vista.
La actuación de Cate Blanche, realmente soberbia, una mujer hermosa pero acabada, decadente, que pasa todo el día tomando pastillas para el dolor de cabeza, para soportar la pobretona vida de su hermana, para soportar la adversidad y mucho, mucho, alcohol para pensar lo menos posible. Siempre un rostro como de quien vive somnolienta por tanto alcohol y pastillas, ojeras, una mirada lejana, letargosa, ojos rojos, lágrimas para llegar y llevar. Un peso del alma que se siente a millas de distancia. En esencia la cinta juega con el espectador, porque todo el tiempo uno siente que pese a todo lo terrible que presencia, siempre se puede más y más y que podría pasar algo realmente espeluznante, terrible..... y al parecer, nunca llega.
También me encanto el personaje de la hermana, Ginger, una mujer sencilla, común y corriente, simple y absolutamente encantadora, feliz. El novio de ésta Bobby Cannavale, que tenía una mezcla muy particular entre cubano de Miami y siciliano, uno que podría haber sido un mafioso de lomo colorado y en realidad era un llorón sensible que por el amor de Ginger, hace lo que sea.
Totalmente recomendada!!
SINOPSIS:
Cuando su vida entera se desmorona, incluyendo su matrimonio con Hal, un adinerado hombre de negocios, la elegante Jasmine, conocida personalidad de la alta sociedad de Nueva York, se muda al modesto apartamento de su hermana Ginger, en San Francisco para intentar recuperarse y recomponer su vida.
CALIFICACION:
*********************
FICHA TECNICA:
Título original: Blue Jasmine, USA, 2013
Director: Woody Allen
Guión: Woody Allen
Reparto: Cate Blanchett, Alden Ehrenreich, Alec Baldwin, Peter Sarsgaard, Michael Stuhlbarg, Bobby Cannavale, Louis C.K., Sally Hawkins, Max Casella, Charlie Tahan, Andrew Dice Clay, Tammy Blanchard, Steven Wiig, Vanessa Ross, Tom Kem.mi septima pasion